El expresidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, fue trasladado nuevamente a las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como «El Nuevo Chipote», al mediodía del miércoles, nueve de noviembre, confirmó a Artículo 66 una fuente de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD).
«(El traslado) fue a mediodía y su familia no quería denunciar pero seguro se filtró», dijo la fuente de la organización opositora a este medio, quien consideró que ese cambio de régimen carcelario es parte de la represalia de la dictadura en contra de la empresa privada nicaragüense.
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Esta noticia también fue revelada por la periodista Tifani Roberts, a través de su cuenta de Twitter.
Aguerri tenía más de dos meses de estar bajo arresto domiciliario. El 18 de agosto, los medios de propaganda del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo informaron que el preso político fue enviado a su casa por problemas de salud que requerían de «un cuido cercano y permanente».
El 8 de junio de 2021, Aguerri fue detenido por la Policía orteguista, y luego acusado por el supuesto delito de conspirar para cometer menoscabo a la integridad nacional, una figura jurídica inventada por el régimen para encarcelar a la disidencia.
El presidente ilegítimo, Daniel Ortega, defendió la imposición de partido único en las recientes elecciones municipales, en las que el FSLN se adjudicó las 153 alcaldías del país.
En un acto partidario realizado el 8 de noviembre, Ortega declaró que «el pueblo depositó su voto no pensando en partidos políticos» porque, según el dictador, los ciudadanos están convencidos en que los partidos a los que pertenecían «no habían hecho nada y que no quedaba más camino que votar por el Frente».
Para Ortega, las elecciones se llevaron a cabo sin hechos violentos, por lo que calificó el proceso de «histórico», a pesar que observadores independientes registraron al menos 31 detenciones arbitrarias previo a los cuestionados comicios.
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En medio de sus ataques, el líder sandinista afirmó, sin pruebas, que los opositores exiliados en Costa Rica pretendían promover acciones violentas durante sus cuestionadas elecciones municipales.
Ortega llegó a acusar al país vecino de albergar a supuestos terroristas. El presidente costarricense, Rodrigo Chaves, respondió a las acusaciones del dictador de Nicaragua. Durante una conferencia de prensa, el mandatario dejó en claro que su país es «un ejemplo para el mundo».
Ortega también recibió las críticas del presidente de Chile, Gabriel Boric.
El mandatario de izquierda señaló, a través de Twitter, que «un proceso electoral que se realiza sin libertad, justicia electoral confiable y opositores presos o proscritos no es democracia en ninguna parte».
Asimismo, aseguró que su gobierno continuará empujando en los espacios multilaterales la necesidad de garantizar en Nicaragua el restablecimiento de las garantías y libertades democráticas propias de un Estado de derecho y fin a todo ataque en contra de personas opositoras.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos desarrolló este miércoles una audiencia pública conjunta de supervisión de medidas provisionales para personas privadas en Nicaragua.
El órgano judicial autónomo de la OEA ha ordenado medidas para 76 nicaragüenses privados de libertad por razones políticas, recluidos en ocho centros de detención, así como a sus núcleos familiares.
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Durante la audiencia, organizaciones de derechos humanos y familiares de presos políticos pidieron a la Corte IDH ordenar nuevamente la libertad de los opositores y dirigentes gremiales y que califique la situación de tortura.
El migrante nicaragüense identificado como Carlos Marconis Antón Catín, de 37 años, fue asesinado de un disparo y luego quemado en la ciudad de Chahuites del estado mexicano de Oaxaca, informó la organización Texas Nicaraguan Community.
La entidad humanitaria detalló que Antón Catín había salido desde el cinco de noviembre «a ganarse algo de dinero vendiendo en las calles pan y café para continuar su viaje y ya no regresó».
La familia de la víctima expuso a Texas Nicaraguan Community que su pariente «viajaba hacia Estados Unidos para darle una mejor vida a sus hijos», pero en el camino «le dispararon y lo quemaron».
Las cifras de migrantes nicaragüense que fallecen en su trayecto hacia Estados Unidos, siguen en aumento. Son muchos los que han perecido ahogados en el temible río Bravo, otros en accidentes de tránsito en México, o bien son asesinados por delincuentes.
