Tras cumplirse dos meses sin que los familiares de los presos políticos cautivos en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) en Managua puedan visitarlos, la opositora Alianza Cívica exigió al régimen de Ortega respetar el derecho a la visita.
«Exigimos se respete el derecho a recibir visitas y comunicarse con su familia mientras son liberados. ¡Son inocentes!», demandó el bloque opositor en su cuenta de Twitter.
También le recordaron al Gobierno de Nicaragua el Artículo 128 del Reglamento de la Ley del régimen penitenciario y ejecución de la pena, que señalan las vistas como un derecho de los privados de libertad y que las mismas no pueden ser restringidas sin causa probable.
«En las visitas familiares, ingresarán al área de visita del centro penitenciario, hasta un máximo de seis personas mayores de 12 años por interno a visitar. Se permite la entrada de niños menores de 12 años, cuando vengan acompañados de sus padres, tutores guardadores e ingresarán sin carné de visitantes», citó el grupo político.
Ortega viola el derecho a la visita
Pese al artículo citado, la dictadura de Ortega —según denuncian los familiares de los presos políticos— ha violado los derechos de los opositores encarcelados en «El Nuevo Chipote», porque a pesar de que la mayoría ya fueron sentenciados no tiene derecho a ser visitados conforme al reglamento del régimen penitenciario.
Después de más de un año de cautiverio en el llamado centro de torturas, la justicia orteguista ha permitido únicamente 10 visitas a los presos políticos, la última fue entre el 26 al 28 de agosto.
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Ortega además sigue negando que los hijos menores de los rehenes de conciencia puedan visitar a sus madres o padres. Únicamente la dictadura autorizó que el hijo del exaspirante presidencial Miguel Mora y de la opositora Tamara Dávila pudieran visitarlos, pero a los demás padres se les ha negado el derecho.
Esta violación a los derechos de los presos políticos, es calificada por Margin Pozo, pareja del periodista Miguel Mendoza, como «tortura psicológica». «El 27 de octubre, cumplo dos meses de no ver a Miguel —Mendoza—. Es una situación desesperante. Me preocupa la salud y vida de Miguel, no nos facilitan información de cómo está», expresó la también periodista.
Mendoza cumple 37 días en huelga, en demanda de poder ver por primera vez a su hija de ocho años, con quien no tiene ningún tipo de comunicación desde el 21 de junio que el cronista deportivo fue detenido de forma arbitraria por la Policía.
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Pozo recordó que Alejandra, hija de Mendoza, ha pedido de diferentes maneras verlo y hasta el momento ese derecho no se ha cumplido. «Ella está sufriendo la ausencia de su padre y eso me duele como madre».
Cenidh: «Familiares están desesperados»
Tras estos dos meses de que la dictadura niega la visita a los familiares de los presos políticos, el Centro Nicaragüense de Derechos humanos (Cenidh), señaló que «los familiares de personas presas políticas están desesperados. #VisitasYa #LibertadYa».
«¿Esta es una nueva forma de tortura? ¿La dictadura Ortega Murillo endurece la represión?», cuestionó el organismo de derechos humanos al régimen e Nicaragua.
La justicia de Nicaragua mantiene tras las rejas al menos a 219 presos políticos, 50 de ellos —incluyendo a sacerdotes— se encuentran recluidos en «El Nuevo Chipote», en Managua. Hasta el momento el dictador Daniel Ortega no da muestra de querer liberarlos y buscar una salida a la crisis política.