La esposa del preso político Róger Reyes denuncia la situación «preocupante» que atraviesa el abogado en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocidas como «El Chipote», donde se encuentra encerrado y en huelga de hambre en demanda del respeto a sus derechos y que le permitan ver a su hija.
«Mi esposo Róger Reyes, el día de hoy cumple 27 días en huelga de hambre, me encuentro sumamente preocupada porque no puedo constatar como está su estado de salud. La última vez que miré a Róger fue el ocho de agosto, desafortunadamente no hemos tenido visitas en un periodo de 50 días, entonces no sé como se encuentra físicamente, lo único que sé porque él me lo dijo durante la última visita es que iba a tomar únicamente líquidos», expresó su conyugue en conferencia de prensa virtual junto a otros familiares de prisioneros de conciencia.
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«Me encuentro preocupada porque si ya tiene una nutrición deficiente en Auxilio Judicial y ahora no consumir nada. Estoy preocupada por su estado de salud y emocional, quiero hacer recordatorio que mi esposo sufrió una psicosis transitoria a causa de la incomunicación y está en una celda de castigo de dos por dos, donde perdió la memoria y olvidó a sus hijas, y el Estado aún así sigue indolente», añadió.
Reyes cumple este 17 de octubre, 421 días de permanecer detenido, era el abogado defensor del preso político y exaspirante a la Presidencia de Nicaragua Félix Maradiaga. Además, es miembro del Consejo Político de la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab), organización que ha demandado su liberación inmediata y sin condiciones en reiteradas ocasiones.
Demanda al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo que le permita ver a sus hijas de tres y cinco años, con quienes no ha tenido contacto desde que fue aprehendido por la Policía.
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Su esposa reitera que no le permiten la entrada «ni de una foto tamaño carnet, ni un dibujito, las niñas han tenido actividades especiales, la mayor ya está en el preescolar y su padre no ha podido verla, a causa de esto no le quedó más que decirme que se iba a someter a huelga de hambre porque quiere ver a sus hijas, yo le pedí que no lo hiciera. Le pido al Estado de Nicaragua que cumpla lo que establecen las leyes, no estamos pidiendo ningún favor», expresó.
Durante su encierro, Reyes ha desarrollado enfermedades como constipación, depresión y problemas de insomnio, males que no padecía previo al cautiverio del que es víctima del régimen Ortega-Murillo. La justicia orteguista condenó a diez años de prisión por el supuesto delito de «conspirar para cometer menoscabo contra la integridad nacional». También fue inhabilitado para ejercer cargos públicos hasta el cumplimiento de su pena.