El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más condenó la confiscación de las instalaciones de Editorial La Prensa por parte del régimen Nicaragua, quien disfrazó su acción en la imposición del «Centro Cultural y Politécnico José Coronel Urtecho».
«Nos unimos al equipo periodístico en su demanda por la devolución de sus instalaciones a un año del asalto que sufrieron y la encarcelación de sus directivos Juan Lorenzo Holmann Chamorro, Cristiana y Pedro Joaquín Chamorro Barrios quienes están sometidos a una arbitraria e inconstitucional privación de su libertad, así como de todas las personas presas políticas en Nicaragua», señaló el Colectivo con sede en Costa Rica.
El grupo de abogados dijo solidarizarse y reconocer la labor del medio informativo, «en medio de la feroz persecución, cárcel, confiscación y el exilio de toda su redacción siguen en pie, porque la verdad no se calla confiscando, asaltando, secuestrando y atacando a los medios y al periodismo independiente».
«Ortega quiere borrar el símbolo de La Prensa»
Por su parte, la defensora de derechos humanos y directora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, dijo a Artículo 66 que la dictadura de Ortega ha venido «siguiendo el mismo patrón que ha usado con el asalto, el robo y el desmantelamiento de todas las organizaciones civiles en especial las de derechos humanos y de periodistas».
Indicó que el régimen va por partes consumando las confiscaciones a instituciones o medios de comunicación, «primero quitan la personería (jurídica), luego toman las instalaciones y posterior se meten a robar».
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«En el caso de La Prensa —el gobierno de Ortega— tenía un año de tenerlas ocupadas y ahora vienen y consuman el asalto, el robo, el crimen. Han consumado la violación a la libertad de expresión», recalcó.
Núñez enfatizó que lo que busca la dictadura con la confiscación «es quitar un símbolo y quieren borrar de la memoria de las personas todo lo que ha significado La Prensa».
«Ellos —la dictadura— logran robarse todos los bienes, pero no podrán borrar de la historia que algún día se tendrá que escribir, que son atrocidades que han cometido con toda la gente», refirió.
Además, dijo que «la barbarie» del orteguismo nunca se ha visto en otras partes del mundo. «Los crímenes están cometido a la medida que llevan nombre y apellidos, que solo una mente tan perversa puede hacer esas cosas». remarcó.
Régimen se declara «unos ladrones sin escrúpulos»
Para un extrabajador de La Prensa, la acción de la Ortega es «repudiable que confirma un robo descarado de las instalaciones por parte del gobierno».
«Esto ya lo vimos el año pasado (2021) con la inauguración de centros de salud en las oficinas de 100% Noticias y Confidencial, así que es una práctica que viene ejecutando el régimen Ortega-Murillo contra los medios de comunicación críticos que no se someten a su discurso oficial», expresó bajo condición de anonimato.
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Pese a la escalada represiva por parte de orteguismo, el periodista afirmó que «los periodistas asumimos una responsabilidad de continuar denunciando a Ortega y Murillo y eso no va a cambiar. Podrán robarse edificaciones, equipos, pero no podrán con nuestra convicción y compromiso de seguir informando».
«Vamos a continuar denunciando y documentando sus crímenes perpetrados contra el periodismo independiente y diversos sectores, como la Iglesia católica», agregó.
En cuanto a que si Ortega ha ganado con esta nueva arremetida, la fuente señaló que lo único que está logrando el dictador «es el repudio del pueblo nicaragüense, de la comunidad internacional, porque con estas acciones ellos mismos se declaran unos ladrones sin escrúpulos».
«Sabemos que en la Constitución Política las confiscaciones están prohibidas y cuando se restablezca la democracia en el país estamos seguros que todos los medios que han sido despojados de sus bienes serán indemnizados», concluyó.
En horas de la mañana de este martes, 23 de agosto, el diario más antiguo de Nicaragua, con 96 años de trayectoria, y crítico hacia el Gobierno de Daniel Ortega denunció que su sede, ubicada en carretera norte, en Managua, amaneció sin el rótulo.