El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) expresó su solidaridad y cercanía con la Iglesia de Nicaragua, sus pastores y fieles, ante los ataques y el «constante hostigamiento que viene sufriendo por parte de las autoridades gubernamentales», encabezados por la pareja dictatorial de Daniel Ortega y Rosario Murillo. El cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo metropolitano de Managua, es segundo vicepresidente del Celam.
«Los últimos acontecimientos, como el asedio a sacerdotes y obispos, la expulsión de miembros de comunidades religiosas, la profanación de templos y cierre de radios, nos duelen profundamente. Les manifestamos nuestra solidaridad y cercanía. Por eso acompañamos a nuestros hermanos que por distintos caminos buscan ser voz de los que no tienen voz, para construir un diálogo capaz de trazar un camino de unidad y de paz», señala el pronunciamiento del Celam.
Los ataques a los que se refiere el Celam incluyen la orden del régimen Ortega-Murillo de cerrar las radios católicas de la Diócesis de Matagalpa que eran administradas por el obispo Rolando Álvarez Lagos, uno de los jerarcas críticos de la deriva autoritaria de la pareja dictatorial. Pero la persecución contra la libertad religiosa se extiende a la toma de tres días de la capilla Niño Jesús de Praga; el asedio policial al padre Uriel Vallejos; el estado de sitio policial y cárcel de facto al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez.
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«Queremos recordar la palabra de Dios que en medio de las dificultades nos dice: “no te asustes y desmayes, que contigo está el Señor, tu Dios, donde quieras que vayas (Josué 1, 9). Por eso invitamos a todos nuestros hermanos y hermanas en América Latina y El Caribe a unirnos en oración por el pueblo nicaragüense, sus líderes, autoridades y la Iglesia ya que “cuando un miembro sufre, todos los miembros sufren con él” 1° Corintios 12, 26», finaliza la declaración del Celam firmada por el presidente del organismo, monseñor Héctor Miguel Cabrejos, arzobispo de Trujllo, en Perú; y el secretario, monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo, en Argentina.
A inicios de mayo, la Policía había iniciado una ola de asedio contra los sacerdotes, entre ellos está el padre Harving Padilla, párroco de la iglesia San Juan Bautista de Masaya, el padre Uriel Vallejos, párroco en Sébaco, Matagalpa, así como del mismo monseñor Rolando Álvarez, este último se tuvo que refugiar en un templo de Managua tras varios días de persecución de la Policía.
En cuatro años de crisis sociopolítica, la dictadura de Nicaragua ha emprendido una voraz persecución contra la Iglesia católica, los templos religiosos, sus sacerdotes y obispos, sumando 190 ataques desde abril 2018 a mayo de 2022, revela el informe «Nicaragua: ¿una iglesia perseguida?», una recopilación de la abogada de derechos humanos, investigadora y experta en temas de corrupción, Martha Patricia Molina. Dicha cifra ya supera las 200 agresiones si sumamos las registradas de mayo a inicios de agosto de este año.