El grupo terrorista Estado Islámico (EI) reivindicó hoy el atentado suicida contra una mezquita de la minoría musulmana chií en la ciudad de Peshawar, en el noroeste de Pakistán, que ha dejado al menos 56 muertos y casi 200 heridos, según las autoridades del país.
En un comunicado reproducido en Internet por la agencia Amaq, afín a los yihadistas, el EI dijo que “al menos 250 personas murieron y resultaron heridas en un gran atentado suicida que golpeó un templo chií en el oeste de Pakistán”.
Según la nota, un integrante radical identificado como Yulaybib al Kablib asaltó hoy una mezquita chií en Peshawar tras disparar a dos miembros de la Policía paquistaní que custodiaban el templo, matando a uno e hiriendo a otro.
Cuando entró a la mezquita “hizo detonar un cinturón explosivo, matando al menos a 50 chiíes e hiriendo a más de 200 con lesiones de distinta gravedad”.
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El Estado Islámico ha llevado a cabo atentados similares en el pasado en Pakistán contra los chiíes, a los que considera apóstatas, de acuerdo con sus visión maximalista y rigorista del islam suní.
En julio de 2018, un atentado reivindicado por el EI contra un mitin en la provincia occidental de Baluchistán dejó 128 muertos y 122 heridos, mientras que un segundo ataque ese mismo día en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa causó 4 muertos y 19 heridos.
El ataque de hoy es además uno de los mayores llevados a cabo contra la comunidad chií de Pakistán, blanco de atentados que desde 2001 han dejado más de 2.500 muertos, según el Portal de Terrorismo del Sur de Asia.
Uno de los peores se produjo en 2019, cuando al menos 20 personas murieron, casi la mitad de ellas pertenecientes a la minoría chií hazara, y 40 resultaron heridas por la explosión de una bomba oculta en un saco de patatas en un mercado en el suroeste del país.