La expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, en rechazo a la oficialización del cuarto mandato del orteguismo en Nicaragua, aseguró que «hoy Daniel (Ortega) escribe su propio epitafio creyendo que es su inauguración». La exmandataria denunció que Ortega se prolonga por cinco años más en medio de un episodio de «horror y dolor» para los nicaragüenses.
«Hoy el dictador pone la banda al dictador. De espaldas a un pueblo que no le votó, aislado del mundo que no reconoce su elección, bajo un legado de horror y dolor», escribió la exmandataria en sus redes sociales con un fotomontaje adjunto de Ortega colocándose él mismo la banda presidencial.
Daniel Ortega se oficializa por cuarta vez de manera consecutiva mediante de unas elecciones rechazadas por la comunidad internacional por carecer de legitimidad, realizándose en medio de represión y encarcelamientos a opositores.
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Los diferentes organismos opositores se han pronunciado en rechazo a la prolongación de Ortega y su esposa, la vicemandataria Rosario Murillo, afirmando que esta nueva etapa se sellará en «un período total y claramente ilegítimo e ilegal por venir de un proceso electoral que no cumplió ninguno de los requisitos indispensables de legitimidad y que, por el contrario, fue rechazado por el 80 % de la población que no participó, así como la comunidad internacional».
A su vez, han llamado a entidades internacionales a seguir tomando acciones en contra de la dictadura haciendo uso de las leyes democráticas y rechazar este nuevo mandato del régimen «marcado por su ilegitimidad de origen».
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Los opositores continúan exigiendo la liberación total e incondicional de los presos políticos de Daniel Ortega y la anulación de los procesos penales en su contra. Además, demandan el restablecimiento de las libertades fundamentales, cese del estado policial y el retorno seguro de las personas exiliadas.
Chinchilla había denunciado la situación que viven los opositores en el país y ha sido promotora de la aplicación de sanciones por la comunidad internacional a la dictadura, instando, especialmente a Estados Unidos a ser «más fuertes» contra los Ortega-Murillo y «dejar de aliviarlos» económicamente durante su nuevo mandato.