En ocasión del 42 aniversario del «Día de la alegría en Nicaragua», en el que se conmemora la huida del dictador Anastasio Somoza, el 17 de julio de 1979, activistas de Europa se pronunciaron a través de una carta y exigieron al régimen de Daniel Ortega el cese de la represión y la inmediata liberación de los presos y presas políticas.
Según el escrito, más de 400 personas de unos 20 países de Europa y que muchos de ellos estuvieron en los 80 apoyando el derrocamiento de la dictadura somocista, denuncian a la nueva dictadura (de Daniel Ortega y Rosario Murillo), «con la esperanza de que pronto se celebre un segundo Día de la Alegría» en Nicaragua.
«Más de 400 personas europeas que en la década de los 80 colaboraron directamente con la revolución sandinista y se unieron para apoyarla, han firmado una carta condenando la creciente represión política y violencia del gobierno nicaragüense contra su propio pueblo», refiere el escrito.
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Los europeos que apoyaron a derrotar a Somoza e indirectamente instauraron a otra dictadura, afirman que «creíamos entonces, y seguimos creyendo ahora, que los abusos contra los derechos humanos cometidos por gobiernos autoritarios, como el actual régimen Ortega-Murillo, deben ser condenados y los autores de crímenes de lesa humanidad llevados ante la justicia».
Demandan la libertad de los presos políticos
Los firmantes del escrito refieren que el número de presos y presas políticos ha aumentado desde el mes de junio, con el encierro de 26 opositores, entre ellos seis aspirantes a la Presidencia de la República de Nicaragua. «La lista ha aumentado a 140, incluidos 26 líderes prominentes de la oposición que fueron secuestrados/as violentamente desde junio (y sacados) de sus hogares».
«Este grupo más reciente incluye a seis personas que pretendían postularse a la presidencia, así como a feministas, defensoras de los derechos humanos, periodistas independientes, líderes estudiantiles, representantes empresariales y exdirigentes sandinistas de alto rango de la década de los 80….», agregan.
En el escrito, los activista europeos afirman que el secuestro «de facto» y desaparición, así como la continua represión y hostigamiento contra los grupos de oposición y de disidentes del sandinismo, «han descartado cualquier posibilidad de elecciones libres y justas previstas para noviembre de 2021».
Además aseguran que desde hace mas de 10 años se sienten «cada vez más descorazonados» al ver cómo Daniel Ortega y Rosario Murillo han consolidado una dinastía familiar autocrática, empeñada en mantenerse en el poder por encima de todo.
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«Es horrible ver que el proyecto único de Nicaragua se deteriora en una copia del mismo régimen que derrotó en 1979», dijo Jane Freeland, presidenta del Comité de Campaña de Solidaridad de Nicaragua en el Reino Unido entre 1997 y 2000 y que además desarrolló materiales para la Campaña de alfabetización de 1980 en la Costa Caribe.
Por su parte, Anne McClusky, integrante del Grupo Irlandés de Solidaridad con Nicaragua, Dublín de 1985 a 2000, expresó que se encuentra «consternada de que el pueblo nicaragüense que nos inspiró a miles de nosotros/as como jóvenes, ahora esté siendo traicionado y reprimido por quienes se proclamaban sus líderes».
«Los días de la dictadura orteguista están contados«
Los detractores de Ortega y Murillo, concluyeron afirmando que con la creciente presión a nivel internacional y dentro de Nicaragua, «los días de la dictadura están contados».
La presión en contra de Daniel Ortega y sus grupos de poder ha sido constante; el ocho de julio de 2021, el Parlamento Europeo emitió una resolución sobre la situación en Nicaragua, en el que el 91% de las y los eurodiputados exigen sanciones selectivas inmediatas contra funcionarios/as del régimen y la posible exclusión de Nicaragua del Acuerdo de Asociación UE-Centroamérica.
También, en las últimas semanas, gobiernos de toda Europa han exigido la liberación de todos las y los presos políticos, el fin de toda represión y elecciones libres y justas con observación internacional.
Además de los países europeos, se suman gobiernos y organizaciones de América que demandan libertad para Nicaragua. Pese a la presión internacional, el dictador Daniel Ortega aparenta no importarle y se empecina en seguir reprimiendo a los nicaragüenses.