La vocera del régimen, Rosario Murillo, embistió contra la prensa independiente este viernes, 25 de junio, afirmando que la «repudia», y lanzando una clara intimidación en contra de los medios de comunicación y periodistas que no siguen su línea, señalando que no tienen «impunidad».
La segunda al mando de la dictadura se abalanzó contra los periodistas reclamándoles por las publicaciones sobre el cuestionado manejo de la pandemia del COVID-19 en el país, la que es criticada por especialistas, debido a las miles de actividades masivas que su régimen promueve cada fin de semana en el contexto de la pandemia.
«Los chachalacos, las urracas parlanchinas, todos los días inventan cualquier cosa para sembrar terror en la gente ¡qué calidad humana la que muestran las chachacalas!, las urracas parlanchinas, si no es una cosa es otra, siempre están instalando, queriendo instalar temor y nuestro pueblo sabe cómo mienten, cómo son de son malignos, hipócritas, de destructores, de criminales, de terroristas y terroristas de la comunicación también», empezó diciendo.
Subió el tono advirtiendo que «a veces las personas creen que ser comunicador les da carta de impunidad para convertir los espacios de comunicación en espacios de intimidación y destrucción de la tranquilidad».
La arremetida de Murillo se da en un año electoral caracterizado por una fuerte persecución penal y política contra opositores, y un recrudecimiento del acoso contra la prensa independiente que ha forzado al exilio al menos a tres comunicadores en las ultimas dos semanas. La pareja presidencial pretende vincular a los periodistas en supuestas investigaciones dirigidas contra líderes de la oposición por presunto lavado de dinero y «traición».
Las intenciones del régimen fueron rubricadas en un documento gubernamental que acusa a los comunicadores de ser instrumentos para «falsas narrativas de la derecha y figuras de la oposición financiadas por Estados Unidos».
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Y «por eso decimos que son espacios de destrucción masiva, los que se dan en todas partes y más los que se den desde esos espacios mediáticos que tiene una sola perspectiva, un solo enfoque imperialista y colonialista».
«Y a palabras necias de parlanchines y chachalacos, oídos sordos», añadió para tomar respiro y leer sus actividades masivas «y todas estas actividades con los cuidados pertinentes (contra el virus) que golpean los ojos de los chachalacos, parlanchines, urracas y urracos, que se mueven, se desplazan como terroristas de la comunicación», repitió.
«Ser periodista es ser veraz, ser responsable, es comunicar los hechos, sin sesgos y sobre todo sin agendas políticas de una cultura masiva, desgraciadamente, de odio. Cultura de odio, esa es la que destilan los medios internacionales de comunicación, solo saben de odio, de desgracias, celebran las desgracias (…) todo eso es negocio, les anima la tragedia, el dolor, el sufrimiento», agregó, al referirse sobre la tragedia del derrumbe de un edificio en Surfside, del condado de Miami-Dade, Estados Unidos ocurrida el día anterior.
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Manifestó que la forma de hacer periodismo en el país norteamericano «es una cultura de odio y esa cultura de odio no puede penetrar en países como el nuestro. Hay que decirle “va pá tras, vade retro Satanás”, decírselos de alma y que no se interpongan entre nosotros y que dejen de pretender oponer unos contra otros».
«Repudiamos y rechazamos a quienes quieren seguir instigando, ya vieron que no pudieron, ya vieron que no podrán, pero quieren seguir instigando, son como zancudos que pican, quieren picar, pero estamos curados de tanta maldad (…) no puede entrar la cizaña, el odio, nunca más».
Al referirse nuevamente al virus del COVID, Murillo remató diciendo «y hay que protegerse también de esas urracas parlanchinas cuyas plumas están llenas de odio… así los vemos y así los repudiamos».
Doña Rosario no es eterna, mi es la venganza dice el señor yo pagare