El recrudecimiento del acoso gubernamental en contra de opositores podría tener consecuencias más graves para la economía del país, al salpicar a empresarios y banqueros, aseguran expertos.
El régimen de Daniel Ortega comenzó esta semana su «caza» de representantes del ámbito financiero del país, a quienes relaciona con la supuesta investigación en contra de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides). La primera arremetida, y de suma resonancia, es la detención de Luis Alberto Rivas Anduray, presidente ejecutivo del Banco de la Producción (Banpro)
«Es una política errada el haber afectado a uno de los principales directivos del banco más sólido de Nicaragua, esto puede generar una corrida bancaria y creo que ya la gente anda inquieta y, de una u otra manera, ya hay personas queriendo sacar sus depósitos y sus ahorros del Banpro», manifestó una fuente que aceptó hablar con Artículo 66 bajo condición de anonimato.
Explicó que la acción del régimen de Daniel Ortega es contraproducente porque, además, daña la credibilidad del país, dado que «nuestros bancos son corresponsales de transacciones a nivel internacional y afectarlos significa también que esas casas matrices no tengan confianza en nuestros bancos y las transacciones económicas no se vayan a realizar».
«Cuando atacás a los directivos de los bancos, estás dando mala señal, en el sentido de que por una cuestión política puedes afectar a sectores económicos como el sistema bancario. Creo que están asesorando mal al presidente (Ortega) y a los principales directivos del Estado», sostuvo.
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«Ahora, el hecho de colocar la plata en el nivel internacional, hay dos restricciones: uno, que los bancos internacionales no tienen mucha confianza en nuestro sistema financiero y que, además, nuestros ahorrantes son relativamente pequeños como para que los bancos internacionales quieran arriesgarse, porque ahí puede que realicen transacciones con agentes económicos que pueden estar sancionados o sean sujetos de sanción del Tesoro de los Estados Unidos», añadió.
Sin embargo, el experto no considera conveniente que la ciudadanía «corra» a sacar su dinero del banco porque es «el mejor lugar para tener el dinero».
Otro experto, sin revelar su identidad, también opina que sería una «pésima idea sacar el dinero del banco porque estaríamos observando una corrida bancaria, y ahí todos nos veríamos afectados», además, los depósitos no corren riesgo en el banco.
La afectación inmediata es en la imagen país que se deteriora cada vez más porque la situación podría causar que los inversionistas decidan no participar «bajo las reglas del juego que están imperando en Nicaragua donde se pone en riesgo el capital financiero».
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«Podríamos estar viendo fuga de capitales. Si no hay inversión extranjera y hay fuga de capitales, estaríamos hablando de aumento del índice de desempleo, informalidad laboral, precariedad», explicó.
Sostuvo que «hay un flagrante abuso contra el sector privado. Algunos hablan de venganza política, pero eso tiene un carácter especulativo, lo que sí es cierto es la consecuencia de atentar contra el gremio privado, y esto podría provocar la inactividad de lo privado, un desincentivo y recordemos que quien produce es el sector privado; el gobierno es, por naturaleza, parasitario».
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En la persecución política y penal emprendida por el régimen en contra de opositores y a las puertas de las elecciones presidenciales, el Poder Judicial ordenó levantar el sigilo bancario, congelar las cuentas y retención migratoria en contra de exdirectivos de Funides, cuya lista la conforman altos directivos de instituciones bancarias y empresarios miembros de varias Juntas Directivas en diversas organizaciones.