La vicepresidenta y vocera de la dictadura orteguista, Rosario Murillo, utilizó una vez más su acostumbrado monólogo del mediodía para despotricar contra los opositores a su régimen y «se lanzó» contra el Gobierno de Estados Unidos, exigiendo no intervención en los procesos electorales calendarizados para el siete de noviembre, calificados por la comunidad internacional desde ya como amañados y fraudulentos.
«Queremos luchar para vencer (…) vencer es ir dejando atrás paso a paso y poco a poco esa pobreza que nos han querido imponer y someternos, pero somos un pueblo de sonrisas, de alegría, de trabajo, de familia…», expresó la primera dama, que insistió en que su régimen «sabe valorar la vida en todas sus formas».
La vicedictadora nuevamente se victimizó y dijo que su régimen es atacado «por el odio» «Fuimos destruidos en muchos aspectos. Esos caminos de reconciliación que veníamos trabajando lo golpearon desde el odio y la avaricia, los siervos del imperio y de los imperios, y sin embargo ahí vamos, ahí seguimos».
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En claro señalamiento e inconformidad por las sanciones impuestas por el gobierno norteamericano y la demanda para que la dictadura cese las represión, la vicemandataria insistió en que Nicaragua es un país independiente.
«¡Qué tiene que decirnos una llamada potencia que vive tanta conflictividad! Aquí con sencillez, serenidad y sabiduría y aprendiendo todos los días, sabemos qué nos conviene, qué es lo mejor, cómo unirnos para seguir combatiendo la pobreza».
Llama ladrones consuetudinarios a opositores
En alusión a los opositores que han sido secuestrados por la Policía orteguista, Murillo refirió en que «hay quienes nos han querido tener sometidos en la miseria. Se roban lo que llega, se roban lo que les dan, supuestamente para dominar a un pueblo que no se domina, un pueblo valiente, un pueblo digno (…)».
«Todo se roban», agregó Rosario Murillo, calificando a la oposición de «ladrones consuetudinarios». «En cualquier parte del mundo, alguien corrupto, alguien que comete tropelías, alguien que comete faltas, responde ante las leyes».

En referencia a las leyes impuestas por su régimen y a los procesos electorales del siete de noviembre, la esposa de Daniel Ortega recalcó que lo que desea el orteguismo es reconciliación y paz, «eso es lo que queremos en nuestra Nicaragua, vivir soberanamente todo nuestro proceso y asegurar el respeto a las leyes de nuestra Nicaragua. Asegurar que se respete el estado Nicaragüense».
«Sabemos que los procesos de reconciliación no se pueden destruir, no se pueden detener. Ha costado muchísimo después de tanto sufrimiento, impuesto por los mismos agresores de siempre, sin embargo ahí vamos en esos caminos, forjando y fortaleciendo el encuentro por el bien común», concluyó Murillo, afirmando que «todos los triunfos son del pueblo».
El ataque de Rosario Murillo llega en medio de una nueva oleada represiva que ha sumado a 16 nuevos presos políticos, entre precandidatos presidenciales líderes opositores, excombatientes sandinistas y hasta banqueros. Además, sus ataques responden a la demanda de la comunidad internacional de garantizar elecciones libres y transparentes y de sentenciar con más sanciones y retirarle al país la cooperación o de suspenderlos de tratados comerciales.