La Organización Panamericana de la Salud (OPS) hizo oficial el seis de mayo una donación a Nicaragua de 560,000 jeringas y 5,600 cajas de seguridad que serán complementarias para las vacunas contra el COVID-19, las que fueron entregadas a las autoridades del Ministerio de Salud (Minsa)
Mientras el régimen politiza la jornada de vacunación contra el coronavirus, la que quiere vender como una obra de su «buen gobierno», la OPS asegura que Nicaragua es uno de los países que podría ser más golpeado por la falta de oferta de vacunas debido a la crisis en la India.
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El Ministerio de Salud ya había aplicado una cantidad aún no revelada de Sputnik V de origen ruso, en marzo pasado, mismo mes que inició la jornada de vacunación Covishield, de la farmacéutica AstraZeneca, donadas por la India y por el mecanismo COVAX, a través del cual los países desarrollados brindan medicamentos a las naciones más pobres del mundo.
Mark Cantrell, miembro de la OPS en Nicaragua, señaló que la donación llega «para apoyar el plan de vacunación, para seguir con la inmunización y poder detener el COVID-19».
Mientras Carlos Sáenz, secretario general del Minsa, declaró a medios oficialistas y confirmándole al organismo de salud que «les garantizamos que estaremos usándolas para las familias nicaragüenses, principalmente a las personas desprotegidas, a las personas más vulnerables, a las personas que en este momento necesitan esta vacuna».

Las jeringas y cajas de seguridad también llegaron a través del mecanismo COVAX, la cual está valorada en 61,500 dólares. La donación llega en el momento en que el Comité Científico Multidisciplinario (CCM) y Observatorio Ciudadano COVID-19 han advertido de una una ola de casos, sobre la que el régimen guarda silencio.
Hasta ahora el Minsa ha reportado 183 muertos y 7.009 casos confirmados de COVID-19, datos que no son admitidos por el gremio de médicos independientes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la OPS han expresado en más de una ocasión lo preocupante de la situación en Nicaragua debido al manejo de la pandemia y los llamados de las autoridades a los actos que aportan a la aglomeración de personas y la falta de medidas sanitarias.
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Actualmente, Nicaragua entró en la tercera jornada de vacunación, para el que se dispusieron cuatro días «del 3 al 6 de mayo», para inmunizar al personal de Salud incluidos a los trabajadores públicos de instituciones como Aduana, Policía, Ministerio de Gobernación y el Ejercito.
El 5 de mayo el doctor Carlos Quant Durán, integrante del CCM, afirmó «Hoy me tocó recibir mi primera dosis de vacuna. En nuestro país se está aplicando actualmente la Covishield de fabricación India, bajo licencia de AstraZeneca, con el auspicio del mecanismo COVAX -liderado por la OMS- y de organismos donantes. El gobierno, después de aplicar la vacuna a los pacientes en hemodiálisis (con Sputnik V) y a los mayores de 60 años, anunció con bombos y platillos -a los dos meses de iniciada la jornada-, que por fin llegaba el turno a los trabajadores de la salud. Lo que no mencionó, como suele ser su costumbre, es que sólo hay disponibilidad para un grupo muy reducido de trabajadores sanitarios. Todo pasó por un listado selectivo de cada hospital público y privado que fue recortado y luego aprobado por el Ministerio de Salud, al mejor estilo de la medicina de guerra, estando en tiempos de paz», aseguró respecto al acceso por parte del personal sanitario.