En su primera aparición en año electoral, el mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, hizo un llamado al sector privado y partidos colaboradores a regresar al modelo de consenso y acostumbrados pactos practicados previo a las protestas sociales, según algunos políticos.
«Creo que el mensaje va a dirigido a quienes fueron los socios durante más de 13 años, bajo el argumento de que todo mundo se dedique de nuevo a hacer negocios y se olviden de la democracia, de los derechos humanos, de la institucionalidad, y si a ese proyecto se suman también algunos partidos “zancudos”, lógicamente para él (Ortega) mejor», manifestó José Pallais, delegado del movimiento Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), en el Comité Nacional de la Coalición Nacional (CN).
En el discurso del lunes, 11 de enero, Ortega manifestó que «tenemos que unirnos nuevamente, todos los sectores (…) para en un nuevo capítulo, en una nueva etapa de esta “revolución” logremos construir en las mismas condiciones, la gran alianza, la gran unidad, que logramos construir en esa primera etapa hasta el año 2016».

Añadió que esa alianza se derrumbó porque el objetivo de «nuestro enemigo (Estados Unidos) era derrumbar a Nicaragua, apoderarse de Nicaragua» y ahora se trata de «ir trabajando para que después de las elecciones de este año, se pueda entablar un gran acuerdo nacional, un gran diálogo nacional para que lo que quedó aprobado en la Constitución (Política) vuelva a caminar, tomando en cuenta las nuevas circunstancias».
La estrategia de Ortega resultaría contraproducente porque, según el delegado ante la CN, la estabilidad del país solo puede alcanzarse con elecciones legítimas y la figura del dictador «promueve la inestabilidad» y eso «no se va a legitimar a posteriori», explicó Pallais.
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«Ortega ya se considera que continúa en el poder, asegurándose a través de todos los mecanismos a su favor una nueva farsa para luego decir: ¡Vengan todos los que quieran a apoyar mi modelo, mi gobierno!, impulsando la continuidad del régimen. Dice que todo va a ser mejor, pero ¡para el 2022!», indicó.
Ante un posible acercamiento entre el sector privado y el régimen, resaltló que «todo, va en dependencia» porque «hay mucha gente que habla de unidad», pero la unidad tiene que ser para lograr elecciones con garantías, y reanudar el modelo Gobierno- Empresa Privada sería un «total desprestigio» para ese sector.

«Eso le hizo mucho daño (al sector privado), la gran mayoría de ellos han expresado arrepentimiento, han reconocido el error, pero pareciera que ese mea culpa no ha sido sincero, porque para volver a cometer el mismo error, lógicamente los va a perjudicar y va a perjudicar al país entero».
«Ahí vamos a ver quiénes en estos dos, tres meses, se estarán apostando a ese nuevo diálogo de convivencia con el régimen y ¿quiénes son? los que se nieguen a exigir condiciones previas a las elecciones generales. El que no se sume a la lucha por condiciones que garanticen el ejercicio del voto libre está preparado para el arreglo y pacto con Ortega en el 2022», manifestó.
Artículo 66 intentó comunicarse con el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), Michael Healy, para conocer su opinión, pero no respondió las llamadas, ni mensajes. El representante gremial no ha brindado conferencia de prensa desde noviembre del año anterior, pese a que, en los últimos meses, el régimen desató la aprobación de varias leyes consideradas arbitrarias.
Otro diálogo convocado por el preso 198 es para sobornar a los babosos qué creen el y para qué sigan quebrando la piñata y es para amañar los resultad porque es así bes cómo puede ganar porque jugando limpio nunca ha ganado