En un nuevo acto de prudencia ante la alarmante segunda ola de la pandemia del COVID-19 que vive el mundo, y sobre todo el continente americano, la Arquidiócesis de Managua de la Iglesia Católica comunicó a sus sacerdotes y fieles que este año, por primera vez en la historia, queda suspendida la tradicional procesión de año nuevo que se celebra cada primero de enero.
En una nota de prensa fechada el 30 de diciembre, el arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo José Brenes, da a conocer a los sacerdotes y a toda la feligresía la decisión y aclara que fue motivada por el repunte de la pandemia de coronavirus.
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«… por medidas de prevención, seguridad y responsabilidad ante la pandemia del Civd-19, la procesión tradicional de primero de enero se cancela en Managua, así mismo se cancelas las procesiones con Jesús Sacramentado en Masaya y Carazo en sus fecha respectivas», indica la nota de prensa emitida por la oficina de divulgación de la Iglesia Católica en Managua.
Y agrega que «el señor arzobispo ha orientado a los sacerdotes realizar el primero de enero una hora santa, la eucaristía y la bendición con Jesús Sacramentado a nivel parroquial a la hora que ellos estimen conveniente».
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«Agradecemos a todos los sacerdotes y fieles por su prudencia y obediencia en estos tiempos. Pidamos a Dios que bendiga nuestras vidas en el nuevo año 2021», finaliza el comunicado oficial de la Iglesia.
De acuerdo con información difundida por medios de comunicación internacionales, la segunda ola de la pandemia de COVID-19 ha obligado a varios estados a regresar a las medidas de aislamiento. En Europa, países como Alemania y España, han ordenado el confinamiento casi total a la población. En Estados Unidos, los días 28 y 29 de diciembre fueron particularmente «negros» al registrarse cifras récord en contagios y fallecimientos.
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Ya a inicios de mes, la Iglesia Católica había orientado a sus fieles quedarse en casa durante las fiestas de diciembre, incluyendo las griterías, la Navidad y fin de año, para evitar contagios. No obstante, las autoridades gubernamentales, principalmente la segunda al mando de Gobierno y vocera oficial, Rosario Murillo, ha insistido en todas sus apariciones, a través de sus medios de comunicación, en llamar a la población a participar en actividades públicas de aglomeración y hasta improvisó un nuevo concepto de turismo que ha llamado «turismo familiar» con el que insiste en que las familias deben de visitarse mutuamente en todo el país, algo que no recomiendan los expertos en epidemiología porque el movimiento masivo de personas facilita la propagación de la enfermedad y expone al contagio del virus a los más vulnerables.
