«La vida por encima de todo», dice la misiva que la Arquidiócesis de Managua hizo pública este domingo, 12 de julio, para informar que los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) decidieron suspender todas las «festividades patronales», entre ellas la tradicional bajada de Santo Domingo de Guzmán debido la crisis sanitaria del COVID-19.
La misiva es firmada por monseñor Leopoldo José Brenes, arzobispo de la Arquidiócesis de Managua y en ella los religiosos invitan a los sacerdotes, laicos y feligreses a «conmemorarlas desde nuestros hogares como iglesia doméstica», e insisten en que creen que «es momento para dar testimonio de la grandeza de la fe y devoción que todos, especialmente los más sencillos, llevamos en el corazón como una herencia de nuestros mayores y que seguramente nosotros, con mayor riqueza espiritual, trasmitiremos a las futuras generaciones».
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Además, detallan que la decisión de suspender los actos religiosos masivos se da después de haber «escuchado el parecer de los Vicarios, de los especialistas en la Salud, a los devotos, promesantes y tradicionalistas, comités y cofradías, los consejos pastorales y sacerdotes». La imagen del patrono de los capitalinos no realizará la tradicional procesión que visita los barrios orientales de Managua y se quedará en su parroquia ubicada en Las Sierritas.
Los guías religiosos disponen «conmemorar con devoción y creatividad desde nuestros hogares como Iglesia doméstica», seguidamente solicitan a la feligresía «comprensión y apoyo evitando procesiones y actividades que promuevan aglomeración de personas».
También conceden a los fieles «sustituir o dispensar sus promesas» por este año, es decir los votos se pueden realizar con actos de oración, penitencia y de caridad. Después piden a los párrocos y colaboradores a «explicar las disposiciones» en ese sentido a animar al pueblo de Dios en la vivencia de la fe y devoción verdadera, con oración y catequesis.

Finalmente, piden a «mantener la unidad y ser ejemplo de una piedad autentica» y agregan que «es tiempo que los creyentes demos ejemplo de responsabilidad, solidaridad y colaboración frente a los desafíos de este momento».
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La decisión de la Iglesia católica en Nicaragua se da en momentos en que el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a través del Ministerio de Salud (Minsa), reconoce de forma oficial 2,846 casos confirmados, 91 fallecidos y 1,993 recuperados.
Mientras el Observatorio Ciudadano registra hasta el ocho de julio, un total de 7,893 casos sospechosos de coronavirus, en solo una semana se reportaron 448 nuevos casos que significa un incremento del 6%. Además, el equipo multidisciplinario identifica a Managua como el departamento del país que registra más contagios con 3,827 casos y 838 decesos.