El arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, envió un mensaje para mostrar su cercanía con el pueblo de Masaya este 29 de septiembre, día en que se celebró la bajada de la imagen del coparon San Miguel Arcángel. El jerarca justificó su ausencia por la «pandemia» del COVID-19.
El máximo representante De la Iglesia católica en Nicaragua aprovechó su comparecencia que hizo llegar a través de un video para recalcar que en el país hay una constante «acechanza del demonio. Hoy más que nunca vemos, como decían nuestros antepasados, el demonio anda suelto y quiere meter su cola, la cizaña, en medio de la familia. Quiere meter la cizaña en medio de la Iglesia. Quiere meter la cizaña en medio de cada uno de nosotros los nicaragüenses. Por eso, tenemos que mirar a San Miguel y pedir su intercesión, su cuidado para que el demonio no logre su objetivo».
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Brenes señaló como vital que la Iglesia mantenga la unidad y que ese mismo sentir se haga presente en cada una de las familias del país y en los nicaragüenses en general. En un claro mensaje a la oposición, el jerarca insistió en que no es momento de excluir. «Que se dé la unidad entre todos nosotros los nicaragüenses. Que no descartemos, que no hagamos de lado a unos, que no podamos decir estos son buenos, estos son malos. No. Todos somos hijos de Dios».
El religioso invitó a los feligreses a celebrar con solemnidad y no con la «pompa que en años anteriores hemos estado acostumbrados, sino que ahora es vivirlo en un ambiente de austeridad, ambiente de oración y de penitencia».

El párroco de la Iglesia San Miguel Arcángel, Edwing Román, decidió, siguiendo las recomendaciones del cardenal Brenes, cancelar las fiestas del copatrono de Masaya y prefirió que la bajada del santo la siguieran los devotos por medio de una transmisión en vivo, esto para reducir la probabilidad de contagios del coronavirus. Sin embargo, la Alcaldía de esa ciudad se montó en paralelo sus propias fiestas sin importarles el mandato de las autoridades religiosas.