Han transcurrido más de 48 horas después de que impactara el huracán Eta en territorio nicaragüense y ya se cumplen un día de que el fenómeno salió del país, pero el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo guarda silencio con respecto a los «catastróficos» daños ocasionados y sigue celebrando que no haya víctimas en el país, pese a que el martes se informó y fue reconocido por el Ejército de Nicaragua las primeras dos víctimas mortales en el municipio de Bonanza, donde además hay una tercera persona desaparecida.
De acuerdo con la información publicada por agencias de noticias internacionales, en la región centroamericana se reportan hasta ahora 61 muertes por Eta, de ellas, dos son en Nicaragua. También la propia Rosario Murillo, vocera del Gobierno de Nicaragua, dijo que los daños ocasionados son «catastróficos», pero ha evitado dar cifras o estimaciones, mientras reportes desde la zona afectada indican que los damnificados están pasando penurias, sin comida ni protección.
El régimen mantiene en estricto secretismo la información. Las instituciones no dan números y se limitan aún hablar del recorrido del ciclón, señalando que será Murillo quien dará el reporte, pero a la hora de sus monólogos divaga, pero no concretiza y más bien aplaude la vida, a través de los nuevos nacimientos registrados en medio de la tormenta.
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Murillo dijo este jueves en su alocución diaria en medios de comunicación al servicio de la propaganda gubernamental, que el huracán Eta «provocó destrozos» y el término lo utilizó en tres ocasiones para luego también calificar al fenómeno natural como «catastrófico», pero ni ella ni ningún funcionario estatal de ningún nivel notifica datos específicos.
La vocera del régimen aseguró que «el informe de país estará listo y lo brindaremos el lunes (nueve de noviembre) por la mañana. Los daños, los destrozos, de este fenómeno, pero materiales, fueron catastróficos» y casi al finalizar su intervención volvió a decir que «el huracán vino e hizo destrozos, pero no hubo pérdida de vidas (humanas)».
Ignora muertos que reconoció el Ejército
El martes tres de noviembre, en horas del medio día, medios de comunicación locales de Bonanza, en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte, dieron cuenta de la muerte de dos mineros artesanales que perdieron la vida soterrados, víctimas de un deslave ocasionado por la saturación de agua en el terreno producto de las lluvias que hizo caer el huracán Eta.
El suceso se reportó en la mina El Comal, en Buena Vista, jurisdicción del municipio minero de Bonanza, en donde los dos hombres realizaban labores de minería artesanal. Los fallecidos que el régimen sigue ignorando fueron identificadas como William Castro, de 38 años, y Norvin Mejía, de 39, ambos originarios de la comunidad Panamá, en Waslala.
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El propio Ejército de Nicaragua informo el miércoles, cinco de noviembre, de la muerte de los dos mineros artesanales y que sus efectivos trabajaban en la búsqueda y rescate de una tercera persona en el mismo lugar que presumiblemente había quedado soterrada y se mantenía en calidad de desaparecida. De ese deslave hay un sobreviviente, se trata del güirisero Lázaro Herrera, quien dio la alerta a los pobladores de la zona que acudieron al rescate de los cadáveres y contó lo sucedido, que el Gobierno trata de ocultar.


«Mantenemos un equipo de trabajo permanente trabajando en la búsqueda del minero que en el cerro El Comal, en Bonanza, todavía está en condiciones de desaparecido», dijo el general de brigada Rogelio Flores, jefe del Estado Mayor de Defensa Civil del Ejército de Nicaragua, en conferencia de prensa del Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Atenciones Desastres ( Sinapred), donde también menciono la muerte de los otros dos mineros, pero no ahondó en detalles de la causa.
Murillo reconoce «destrozos», pero no dice cuánto.
Hasta ahora, lo único que se conoce es que evacuaron a más de 30 mil personas que fueron ubicadas en 48 puntos de albergues entre escuelas, iglesias, instituciones del estado y casas de parientes de los evacuados.
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Asimismo, Murillo detalló que «el Instituto Nicaragüense de la Vivienda Urbana y Rural (Invur) reporta más de mil viviendas afectadas pero no queremos dar datos todavía».
En tanto, la ministra de la Familia, Johana Flores, reveló que hasta ahora ha atendido a 101 personas en la localidad de río Wawa, en Puerto Cabezas, donde habilitaron albergues para 13 familias. Atienden a 49 personas Mulukuku en 1 albergue. En el municipio minero de Rosita a 499 familias con 1,930 personas.
En Siuna, con nueve albergues atienden a 41 familias integradas por 117 personas. En tanto, en Bonanza hay habilitados cuatro albergues con 54 familias y 274 personas. En Jinotega 13 albergues y seis casas solidarias con 59 familias y 276 personas. En Madriz, un albergue y dos casas solidarias con 75 personas. En Rivas un albergue y una casa solidaria con 80 familias.
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También el general de brigada Rogelio Flores reportó afectaciones en siete unidades militares por los fuertes vientos del fenómeno natural «Cayos Miskitos, Wawa Bar, el Destacamento Militar Norte, el Destacamento Naval del Pacífico, en fin son siete unidades militares que las estructuras fueron devastadas», pero ya no hizo alusión a los fallecidos de Bonanza.
Ensañamiento con alcaldías no sandinistas y expresiones de solidaridad
El régimen Ortega-Murillo además de ocultar la información sobre las afectaciones del huracán Eta igualmente se ha dedicado a monopolizar la atención a la población afectada. Desde el martes, cuando varias organizaciones de la sociedad civil informaron que iniciarían jornadas de recolección de ayuda para llevarla a los damnificados, la dictadura ordenó a su Policía asediara e impidiera esa acción solidaria en varios municipios, entre ellos, Managua y Rivas, según denunciaron las organizaciones opositoras, Unidad nacional Azul y Blanco (UNAB) y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), situación que se repitió en la radio comunitaria de Bluefields Radio Siempre Joven y en la Unidad Médica Nicaragüense, esta última pretendía recolectar medicinas para los damnificados por Eta.
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Además, denunciaron la dictadura sandinista negó asistencia gubernamental a las alcaldías que no estuvieran bajo su dominio. «El partido CxL (Ciudadanos por la Libertad) denuncia que al menos unas cuatro comunas gobernadas por esta organización política de oposición han tenido que elaborar sus propios planes de prevención y evacuación solo con el respaldo de la Iglesia católica, iglesia evangélica y líderes comarcales, ante la ausencia del Sistema Nacional para la Prevención y Atención a Desastres (Sinapred).
Muertes en Centroamérica
De acuerdo con reportes publicados por BBC News y Reuter, en la región centroamericana, que estuvo bajo los embates del huracán Eta, se registraron al menos 61 fallecimientos como consecuencia del fenómeno. En Honduras, las autoridades confirmaron que siete personas perdieron la vida en derrumbes de tierra o ahogados por la crecida de ríos. Seis de las víctimas eran niños.
En Guatemala, que también sufrió torrenciales aguaceros y deslaves, el presidente, Alejandro Giammattei, informó este jueves que al menos 50 personas murieron en varios deslaves, entre ellos varios niños. Mientras tanto, en Costa Rica, una pareja falleció al ser sepultada cuando se derrumbó su propia vivienda en la localidad de Coto Brus, en el sur del país.
Eta salió de territorio nicaragüense la tarde del cuatro de noviembre y dejó a su paso inundaciones, deslaves, daños a infraestructura y muertes.