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Monseñor Silvio José Báez: «A veces puede parecer incierto, hay cansancio, intentos fallidos y decepciones, pero esto no es el final»

Xavier GonzálezporXavier González
septiembre 30, 2020
en Destacadas, Internacionales, Nacionales, Política
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Monseñor Silvio Báez: «Es hora de deponer la soberbia política». Foto: El Heraldo.

Monseñor Silvio Báez: «Es hora de deponer la soberbia política». Foto: El Heraldo.

Monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Managua se convirtió en una de las caras más visibles y una de las voces más críticas contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo durante la represión desatada contra la población en las protestas sociales del 2018.

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byArtículo 66

Después de más de 40 días bajo «desaparición forzada», el régimen compartió fotos y video de monseñor Rolando Álvarez. Religiosos, defensores de derechos humanos y un psicólogo clínico reaccionan. Además, devotos llegan al Santuario Nacional Jesús del Rescate, a pesar de la restricción de la dictadura. Más en #AHORA, el pódcast de #Artículo66.

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Su posición le granjeó el rechazo de los dirigentes sandinistas que lo convirtieron en blanco de sus ataques. Lo tildaron de golpista y terrorista, lo amenazaron, lo asediaron y finalmente lo obligaron a salir del país en medio de rumores que hablaban de su seguridad o de un acuerdo diplomático para bajar las tensiones entre la dictadura de Ortega y la Nunciatura Apostólica.

En realidad ¿Por qué salió del país monseñor Silvio José Báez y dónde ha estado hasta ahora? ¿Cuáles fueron los factores que provocaron la rebelión de abril de 2018?, y ¿Cómo ve el proceso de unidad de la oposición para enfrentar a Daniel Ortega en unas eventuales elecciones?

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En ocasión del tercer aniversario de la fundación de Artículo 66, el obispo auxiliar de Managua, quien pertenece a la orden religiosa de los Carmelitas Descalzos responde estas y otras preguntas. Además habla del porqué se debe pensar más en factores objetivos para resolver la crisis que atraviesa Nicaragua en lugar de darle importancia a los «componentes esotéricos» que dominan los espacios gubernamentales.

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Artículo 66: Sabemos que está en Miami y siempre muy cercano al pueblo de Nicaragua. Muchos los consideran un “obispo exiliado” ¿Cómo se ha sentido fuera del país y por qué no se le ha asignado una nueva misión?

Monseñor Silvio José Báez (M. S.J.B.): Llevo algunos meses en Miami viviendo cerca de mi familia y colaborando con esta Arquidiócesis, particularmente desde la parroquia Santa Agatha. La pandemia me ha obligado a quedarme aquí más tiempo del previsto. Me he sentido muy acogido por esta Iglesia y por tantos nicaragüenses que viven aquí. Agradezco en modo especial a Monseños Thomas Wenski, el arzobispo, y al P. Marcos Somarriba, párroco de Santa Agatha, por sus atenciones y su acogida tan fraterna. Estoy bien de salud y con mucha paz interior.

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En este tiempo he podido desarrollar un trabajo pastoral internacional muy rico en modo virtual y he tenido mucho tiempo para orar y estudiar. He estado en contacto con el Papa Francisco, quien me ha animado a llevar adelante mi actividad pastoral como obispo desde Miami. Más que un obispo “exiliado” me considero un obispo huésped en Miami, totalmente disponible a servir al pueblo de Dios. El Santo Padre me ha confirmado más de una vez como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua y quizás por eso no me ha asignado una nueva misión en otro lugar.

El obispo Silvio José Báez se abraza con el padre Edwin Roman al llegar a Masaya donde se sufría el rigor de la represión.

Artículo 66: Usted se ha referido ya a este tema, pero nos gustaría preguntarle después de tantos meses, ¿a qué se debió realmente su salida del país?, ¿fue por su seguridad o, como muchos creen, debido a algún acuerdo diplomático?

(M. S.J.B.): Ciertamente, como dices, yo ya he aclarado esto en más de una ocasión. Yo salí de Nicaragua en abril de 2019 porque el Papa Francisco me lo pidió para salvaguardar mi vida que estaba siendo amenazada desde 2018. Actualmente el Santo Padre cree que todavía no es el momento de regresar.

Artículo 66: Muchos creyeron que usted salía de Nicaragua para trabajar en la Santa Sede en El Vaticano, ¿es así?

(M. S.J.B.): No. Nunca el Papa me habló de ningún trabajo o misión especial en la Santa Sede. Simplemente me pidió que saliera de Nicaragua por un tiempo pues estaba preocupado por mi seguridad. Yo no he ido a trabajar a la Santa Sede. Durante todo el tiempo anterior a mi venida a Miami he vivido en distintas comunidades de mi familia religiosa de los Padres Carmelitas Descalzos. Pasé un tiempo en Dublín, pero también he estado en Roma, en Ávila y en Lima. En todos estos lugares he podido dar ejercicios espirituales y conferencias y realizar otras actividades pastorales.

Artículo 66: Usted ha vivido en Nicaragua en estos últimos años y en modo particular en el tiempo que precedió a la rebelión de abril de 2018. Según su apreciación, ¿qué fenómenos sociales y políticos contribuyeron a la gestación de la dictadura actual y produjeron el estallido social de 2018?

(M. S.J.B.): Es muy difícil analizar este período histórico del país. La situación es muy compleja y los hechos están todavía muy recientes. Creo que solo con el tiempo iremos comprendiendo a fondo lo que ha ocurrido, tomando conciencia de los fenómenos sociales que nos han llevado adonde estamos y aprendiendo de los errores cometidos para no cometerlos más. Ya están surgiendo análisis sociopolíticos muy válidos que habrá que ir recopilando.

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En la historia no hay saltos y todo lo que ocurre en el presente es producto de lo que se ha hecho en el pasado. Ha sido muy dañino para el país el modo autocrático y abusivo con el que se ha ejercido el poder político en los últimos años y que se ha manifestado en la concentración de poder, la corrupción, el irrespeto a los derechos humanos, la manipulación de la ley, la partidización de las instituciones y, últimamente, en la represión violenta y el atropello de las libertades ciudadanas. A esto habría que añadirle también la escasa cultura democrática de nuestro pueblo y la falta de conciencia ciudadana para participar activamente en la política del país. Todo esto fue el caldo de cultivo para la rebelión cívica del 2018. Un pueblo no soporta al infinito vivir sometido y ser víctima de continuos abusos de quienes deberían ser los servidores de la sociedad.

Artículo 66: La Iglesia Católica ha jugado un papel decisivo en estos últimos años en Nicaragua. Hemos visto templos profanados, sacerdotes y obispos asediados, imágenes destruidas, etc. Según su percepción, ¿cuál cree que es la razón de esta hostilidad hacia la Iglesia?

(M. S.J.B.): Estoy convencido de que los ataques y persecución contra la Iglesia Católica han sido fruto de su cercanía y su solidaridad con el pueblo. Como decía San Oscar Arnulfo Romero, el problema no es entre el Gobierno y la Iglesia, el problema es entre el Gobierno y el pueblo, y como la Iglesia está del lado del pueblo, por eso es atacada.

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El acoso y la persecución contra la Iglesia Católica hay que verlo, en primer lugar, como parte de la misma estrategia represiva contra el pueblo. Quienes tienen el poder en Nicaragua lo conservan con la fuerza de las armas y están dispuestos a usarlas contra cualquiera que represente un obstáculo a sus ambiciones desmedidas de dominio. En segundo lugar hay que entender los ataques a la Iglesia como consecuencia de su cercanía a la gente y de su solidaridad con los sufrimientos del pueblo, en modo particular, con las víctimas de la represión. Una Iglesia profética y solidaria será siempre objeto de persecución de parte de los poderosos de turno. Le ocurrirá lo que le ocurrió a Jesús, quien padeció la cruz y la muerte por estar siempre al lado de los últimos y de las víctimas, por defender sus derechos y promover su dignidad en nombre de Dios.

El obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez estuvo al lado del pueblo durante las protestas cívicas del 2018. Foto: Prensa Libre.

Artículo 66: Si tuviera que comparar la persecución a la Iglesia Católica actualmente con la que la Iglesia padeció en la década de los 80, ¿qué opinión le merece?

(M. S.J.B.): Es difícil hacer comparaciones históricas. Las situaciones tienen similitud pero hay también diferencias. Son similares en cuanto que en ambas situaciones el poder ha llevado adelante una política sistemática de ataques a la Iglesia debido a que su predicación siempre le ha resultado incómoda para sus ambiciones totalitarias. La diferencia más grande que encuentro es que en los años 80 los ataques a la Iglesia venían de un gobierno que se declaraba anticlerical y hasta ateo; en cambio, la dictadura actual se reviste de religiosidad y hasta se apropia abusivamente del lenguaje, ritos y fiestas de la Iglesia. Actualmente, los ataques más fuertes a la Iglesia son realizados por terceros, personas o grupos manipulados por el poder. Hoy se pretende socavar la autoridad de la Iglesia creando actividades religiosas paralelas, pero sin llegar a los extremos de lo que se llamó la Iglesia Popular en los 80. En la actualidad, en vez de atacar directamente a la religión, la vacían de su contenido más exigente a nivel de justicia social y la convierten en una ideología folclórica que sirve de sustento al mismo poder en su afán de someter a un pueblo mayoritariamente creyente.

Artículo 66: Algunas personas han hablado de una “guerra entre el bien y el mal” y relacionan la hostilidad a la Iglesia con prácticas esotéricas. ¿Cuál es su opinión?

(M. S.J.B.): No descarto que haya personas que según sus creencias pretendan conseguir protección sobrenatural a través del uso de símbolos o rituales esotéricos, e incluso satánicos, para afianzar su poder despótico. Sin embargo, yo soy de la opinión que no deberíamos recurrir tan rápido a explicaciones sobrenaturales. Atribuir a fuerzas satánicas lo que ocurre en el país es dispensar a los culpables de su responsabilidad por el mal cometido. Detrás de la injusticia, la corrupción, la represión y la violencia hay personas concretas que deben dar cuenta de sus actos ante la justicia, tarde o temprano, pues han cometido el mal como fruto de su oscura conciencia deformada, de su corazón sin compasión y de su conducta sin ética. En Nicaragua se han cometido crímenes de lesa humanidad que no pueden quedar impunes.

El obispo Silvio José Báez cuando fue agredido por turbas sandinistas en la Catedral de Diriamba en el 2018.

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Por otra parte, insistir en estos aspectos esotéricos, puede impedir que hagamos análisis objetivos de la situación, detectando las reales causas históricas a nivel económico, social político y ético. Cuando damos demasiada importancia a posibles fuerzas sobrenaturales, la sociedad misma se puede llegar a sentir incapaz de actuar frente a poderes que no son de este mundo e incluso puede llegar a justificar su pasividad diciendo que se lucha contra algo que sobrepasa las fuerzas humanas. Creo que hay que analizar y afrontar la situación sociopolítica del país, con objetividad, siendo honestos con la realidad e identificando las causas y señalando a los responsables humanos de tanto mal. Los creyentes ofrecemos además un aporte muy específico, no menos eficaz para el cambio social, a través de nuestra oración y nuestra súplica a Dios, quien es el único Señor de la historia y nos conduce a comprometernos activamente en la práctica de la justicia.

Artículo 66: ¿Cómo ve el actual intento de unificación de las fuerzas opositoras?

(M. S.J.B.): Yo valoro muchísimo todo intento que se haga por unificar fuerzas políticas en función del bien de Nicaragua. Sin embargo, todos vemos que esto está resultando muy difícil. Quizás no sea solo por mala voluntad de las personas, sino también a causa de la cultura antidemocrática que sigue condicionando la vida política del país. Nuestros políticos necesitan realizar un serio trabajo de purificación de la mente y del corazón. Hay que erradicar los viejos vicios que socavan el ideal de una democracia auténtica: la ambición desmedida del poder y de los privilegios que de él derivan, las luchas de liderazgo, el figureo, el uso de la mentira como estrategia política, el aprovecharse de las personas en vez de servirlas, etc. Por otra parte, deben jugar limpio de cara a la gente. Con este pueblo tan sufrido hay que ser honestos y transparentes. El gran reto para los políticos es poner en el centro de sus preocupaciones y proyectos a la persona humana, a la gente concreta, sintiendo sus dolores, participando sus esperanzas y comprometiéndose a trabajar por su dignidad, su promoción humana y la mejora de sus condiciones de vida.

Artículo 66: ¿Cree que es posible todavía una salida de la dictadura por la vía democrática?

(M. S.J.B.): Es riesgoso hacer pronósticos en la historia. Los pueblos dan sorpresas. Como dijo el Papa Francisco en Bolivia en 2015, “el futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las elites. Está fundamentalmente en manos de los pueblos, en su capacidad de organizarse y también en sus manos que riegan con humildad y convicción los procesos de cambio”. Me gusta pensar que la última palabra para poder superar el poder dictatorial en Nicaragua la tiene el pueblo, no los líderes. Hay que estar atentos a lo que el pueblo quiere y a lo que el pueblo haga.

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En las condiciones actuales del país, con centenares de presos políticos en las cárceles, en un estado permanente de represión y de negación de las libertades ciudadanas, son muchos los que con razón no ven posible la realización de elecciones justas y honestas el año próximo. Esta sería la solución ideal de la crisis que desangra al país desde el 2018. En los países con democracias altamente consolidadas las crisis sociales y políticas se resuelven, como se dice en algunos países europeos “volviendo a las urnas”, devolviéndole la palabra al pueblo para que éste decida. Creo que hay que presionar y luchar pacíficamente, pero con tenacidad y unidad, por conseguir esta salida democrática. Sin embargo, todos sabemos que en las actuales condiciones de Nicaragua esto es muy difícil. Sueño con que llegue el día, y va a llegar ciertamente, en el que en Nicaragua el dilema no sea entre votar o no votar en unas elecciones, sino entre votar para elegir entre distintas propuestas ideológicas serias y democráticas que estén al servicio del bien común de la sociedad nicaragüense.

Artículo 66: ¿Cuál sería su mensaje de pastor para los nicaragüenses, dentro y fuera del país, en estos momentos difíciles que vivimos?

(M. S.J.B.): Diría lo que he dicho en otras oportunidades. No debemos perder la esperanza de poder construir una sociedad nueva, en donde prevalezca la racionalidad sobre el instinto, la bondad sobre la crueldad y la justicia social sobre las exclusiones y marginaciones de todo tipo. Hay que eliminar de la vida personal y social tres verbos mortíferos: tener, subir y mandar, y en su lugar cultivar tres verbos que hacen bien: dar, bajar y servir.

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Lo peor que nos puede ocurrir es acostumbrarnos a una normalidad ficticia que nos quieren imponer con el miedo y la represión. La historia no está escrita para siempre, ni hay determinismos que la condicionen en modo fatalista. No olvidemos que el  pasado no se puede borrar pero se puede superar, que no tiene sentido vivir un presente sin futuro y que el futuro de un pueblo no está escrito de antemano. A veces puede parecer incierto, hay cansancio, intentos fallidos y decepciones, pero esto no es el final. No hay que desanimarse. No estamos solos en el sueño y el esfuerzo por construir un nuevo país. Dios está de parte de los pueblos sufridos que luchan por liberarse.

Tags: Conferencia Episcopal de NicaraguaDictadura de Daniel OrtegaIglesia católica de Nicaraguaregimen de Daniel Ortega
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Comentarios 3

  1. Alejandra lopez gurdian. says:
    Hace 2 años

    Cuanta razón estimado Báez, la ultima palabra la tiene DIOS, tengo la fe y la esperanza que así será, tengamos fe todos que DIOS esta con la verdadera justicia

  2. Alfonso E Castellón Ayón says:
    Hace 2 años

    Como todo lo que predica este maravilloso hombre de Dios ,es muy cierto , profético y necesario escuchar , y seguir los consejos de Pastor de la iglesia, de hombre estudioso de la sociología política de nuestro país y conocedor del sentimiento popular …, porque se desenvolversemovilizó muchísimo entre gente humilde ,
    que todos sabemos porque lo vimos en diferentes evangelizaciones realizadas en varios pueblos , donde todavía se acuerdan mucho de él. Dios lo proteja siempre y creo que es una verdad incontrastable : “el pueblo tiene la última palabra” Hay que ayudarle a proveerles herramientas culturizantes. Especialmente los que podemos hacerlo.Con buena voluntad, se puede.

  3. Juan Campos says:
    Hace 2 años

    Este hombre regresará a Nicaragua como Cardenal. Póngale sello.

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