La juez orteguista Fátima Rosales, del juzgado decimo tercero Distrito Penal de Managua, declaró culpable al preso político Marvin Antonio Rodríguez López, de 53 años, originario de Masaya, por los supuestos delitos de tenencia de drogas, armas, municiones y artículos explosivos. El fiscal Rafael Castilla pidió 24 años de cárcel, más 1,400 días de multa. El fallo fue el 31 de julio de 2020.
El abogado defensor Julio Montenegro, a través de su cuenta de Twitter, dio a conocer el fallo de culpabilidad y refirió que “estos hechos delictivos no fueron demostrados en juicio”. En una entrevista reciente con Artículo 66, Montenegro afirmó que pese a que la Fiscalía nunca ha podido demostrar la culpabilidad de todos los secuestrados políticos existe una irregularidad para que estos no salgan de prisión.
Por su parte, Lizeth Barrera, esposa del reo de la dictadura, calificó de injusto este fallo y refirió que seguirá exigiendo la libertad de su esposo. “Esto es una injusticia, porque son acusaciones falsas, se están queriendo deshacer de personas que tienen criterio propio, que piensan por si mismas y que no son manipulables. Estoy segura que habrá una verdadera justicia, pero hasta que ya no existan estos corruptos en el poder. Dios es justo y hará su obra”.
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Además, Barrera dijo no creer que Marvin Rodríguez cumpla los años de cárcel que la justicia orteguista le quiere imponer por estar en contra de las políticas dictatoriales de Daniel Ortega y Rosario Murillo. “Este gobierno no va ser eterno, con la ayuda de Dios va a caer, el problema es que este pueblo se queda callado y no lucha por sus derechos. Es necesario que los nicaragüenses despertemos y no sigamos bajando la cabeza”.
Dos veces secuestrado
Marvin Rodríguez vivía en el barrio indígena de Monimbó, en Masaya. Se dedicaba a la venta de repuestos de vehículos. Antes que la justicia orteguista lo acusara por posesión de drogas, este había sido secuestrado en dos ocasiones por supuesta tenencia de bombas de contacto. La primera vez fue secuestrado el cuatro de julio de 2019 y llevado a la Dirección de Auxilio Judicial, donde estuvo cinco días detenido arbitrariamente,. Luego, el 24 de septiembre del mismo año fue sacado de su casa y llevado a la delegación policía de Masaya, donde estuvo cuatro días.
En una conversación con este medio de comunicación, Rodríguez declaró que pensaba que la “pesadilla” había terminado. Sin embargo, el 22 mayo de 2020, lo volvieron a capturar, luego que saliera de su casa a vender una llanta de un vehículo a un supuesto cliente, pero la dicha compra jamás se realizó porque según sus familiares, la Policía estaba en el lugar y lo secuestró para luego acusarlo de delitos que su esposa niega que haya cometido.
Cuando hay tantas “mentes brillantes” como la suya, enfocados y desgastándose en la crítica negativa, sin proponer alternativas, la carga es mayor.
Sería bueno preguntarse, ¿que estoy haciendo para que mi país mejore, siendo un intelectual privilegiado?
En Nicaragua estamos llenos de buenos críticos, y pocos “hacedores”.
El hartazgo también es de los que de las crisis se lucran, y se venden y danzan como prostitutas, por unos dólares mas.