El profesor en Matemática-Física y exguerrillero sandinista Álvaro Gómez, de 50 años, originario de Monimbó, Masaya, dijo en entrevista vía telefónica con Artículo 66 que presentó síntomas asociados al COVID-19 que lo aquejaron por más de 16 días. El docente fue tratado desde su casa debido a la falta de confianza en el sistema de salud pública y a las posibles represalias por ser opositor a la dictadura de Daniel Ortega.
Gómez refirió que desde el 13 de mayo presentó tos, gripe y calentura, pero después de tres días se sumaron fuertes dolores de cabeza y del cuerpo. “El dolor de cabeza fue permanente, al igual que la calentura que sobrepasaba los 40 grados y que la tuve por 14 días. Esto fue terrible, me sentí deprimido, porque a diario escuchaba que moría algún conocido, la verdad pensé que yo también me iba a morir”.
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Aunque el exguerrillero nunca se hizo la prueba del COVID-19, debido a que solo la realiza el Ministerio de Salud (Minsa), los médicos que lo atendieron le dijeron que todos los síntomas que presentaba eran asociados a esta pandemia y que las probabilidades de haber contraído el virus eran altas. “El 16 mayo unos especialistas me realizaron unos exámenes y descartaron que tuviera dengue, malaria, diabetes u otras enfermedades, entonces me dijeron que tenía que aislarme y tomar todo el tratamiento al pie de la letra, para no afectar a mis familiares, solo mi esposa tuvo contacto conmigo, quien fue la que me atendió en todo este proceso”.
Según el profesor Gómez, no presentó cuadros respiratorios, pero sí un leve cansancio a la hora de respirar y que el 27 de mayo sintió una compresión en el cuerpo. “Me alarmé un poco, llamé a un médico amigo mío y me dijo que no me preocupara, que era normal debido a todos los síntomas que había presentado anteriormente”.
“Me siento totalmente recuperado”
El 29 de mayo, el profesor Álvaro Gómez sintió mejoría, pero continuó guardando cuarentena hasta el 13 de junio. El opositor agregó que hasta la fecha se siente “100% bien”. “Desde que entró esta pandemia a Nicaragua yo pasé en cuarentena, pero como tengo una venta, yo manipulaba dinero, no tomé medidas y antes que me enfermara salí como dos veces a realizar unos mandados, creo que esas pueden ser las formas de cómo me pude haber contagiado, pero gracias a Dios actualmente me siento muy bien”.
El reconocido profesor de Masaya es padre del fallecido Álvaro Gómez, un estudiante universitario, que a sus 23 años fue víctima de un disparo en el pecho, el 20 de abril de 2018, cuando protestaba contra las reformas al Seguro Social. Hasta la fecha no se ha hecho justicia por este crimen, mas bien el académico y exguerrillero tuvo que exiliarse por más de un año en Costa Rica para no ser víctima de la dictadura de Daniel Ortega que criminalizó su derecho a exigir justicia.