Monseñor Rolando José Álvarez, obispo de la Diócesis del departamento de Matagalpa, hizo un llamado a la clase política del país durante su homilía de este domingo, 6 de octubre de 2019, a que se dediquen a servir al pueblo y no a servirse de los ciudadanos.
El jerarca católico les recordó que siempre van a estar en deuda con los ciudadanos y que “el buen político también sabe, reconoce y se comporta como aquel que no tiene ningún otro mérito, más que la confianza que un día el pueblo depositó en él (…) El buen político sabe que no tiene méritos personales que sean lo suficientemente grandes para que deje de ser un siervo o un servidor de la gente; el buen político sabe que sus méritos por mucha capacidad académica de relaciones publicas que tenga sus méritos nunca deberían de ser obstáculo para que también él se levante de la mesa, se quite su túnica, se ciña la toalla a la cintura y se ponga a lavarle los pies a los pobres”.
Destacó que la recompensa de los políticos “sinceros” y “honestos” es ganarse la confianza del pueblo, “porque una sociedad en desconfianza no se puede construir”. Monseñor les recomendó a los políticos de Nicaragua a no actuar de buena manera solo cuando están en campaña porque “el buen político vive para servir y no se sirve para vivir. Son dos cosas distintas y diferentes, una cosa es vivir para servir y otra cosa es servirse para vivir, de ahí que el buen político reconoce que efectivamente la política es el arte de la civilización de los pueblos”.
Asimismo, Álvarez le pide a los políticos que luchen por el desarrollo de las sociedades practicando la “equidad” y la “justicia social”. “Eso significa un desarrollo equitativo donde no solo unos pocos crezcan, si no todos crezcamos con equidad, fraternidad y con justicia social (…) cuando encontramos buenos políticos entonces se hace realidad ese pensamiento maravilloso del papa Francisco de que la política es la forma más elevada de la caridad porque está al servicio del bien común”.
Finalmente, recomendó a los nicaragüenses estar pendientes de la nueva clase política “tradicional” y “de la nueva generación” para que cumplan con los objetivos de desarrollo humano y con las expectativas de los nicaragüenses.
Excelente, comparto este criterio y posición frente a la política, siempre que el papa Francisco no se deje embobar y embaucar por politiqueros baratos que hablan de luchar por los pobres y lo que hacen es incrementar y desnaturalizar a las personas, como el imbécil que dice que el genocida es como Cristo, porque han acostumbrado a una gran masa de gente en miserables estira la mano para agarrar migajas y no exigen trabajo digno y dignificante. La pobreza más grande es la del espíritu como los que salen diciendo en los medios “por orientaciones del comandante y la compañera rosario, hago esto” que denigrante ver a esos payasos como caen tan bajo.