En el boletín mensual que emite el Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESENI), de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), reflejó que el régimen orteguista, en conjunto con su órgano represivo y grupos paramilitares, continúan violando los derechos humanos de los nicaragüenses, restringiendo la libre movilización en lugares públicos, además de las constantes detenciones arbitrarias que se han registrado en los últimos días, y obligando a muchos jóvenes a irse del país por temor a ser apresados.
“El MESENI denunció el incremento de actos de hostigamiento y amedrentamiento en contra de cualquier tipo de reunión que pudiera derivar en manifestaciones, incluyendo ahora represión contra las celebraciones religiosas. Estos hechos ocurren en un contexto de
intensificación de amenazas contra la Iglesia Católica y líderes religiosos. Inclusive, ante las amenazas de muerte, un sacerdote de Estelí habría decidido salir del país”, cita parte del comunicado de la CIDH.
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El organismo internacional defensor de derechos humanos informó que recientemente recibió información de jóvenes universitarios que se encuentran en el exilio, quienes denunciaron que fueron expulsados de sus universidades y que su historial académico fueron borrados del sistema electrónico de sus recintos, lo que les impide continuar estudiando fuera de su país.

Además lamentó la muerte de dos personas que se encontraban en el exilio forzado; “La CIDH lamentó que algunas personas que tuvieron de huir en el contexto de la represión hayan perdido sus vidas en circunstancias aún no esclarecidas. Entre ellos: Edgar Montenegro Centeno y Jalmar Zeledón Olivas, asesinados el 27 de junio en El Paraíso, Honduras.
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Hasta la fecha la CIDH contabiliza un total de 327 personas asesinadas durante las protestas iniciadas en abril de 2018, 491 excarcelaciones, 91 ciudadanos que permanecen detenidos en los sistemas penitenciarios del país, 144 estudiantes expulsados de las universidades por protestas en contra de la tiranía, más de 70 periodistas en el exilio y al menos 70 mil nicaragüenses que se vieron en la obligación de huir del país.