Alexander David López Gómez, de 19 años, originario de la ciudad de Masaya, ha sido secuestrado en múltiples ocasiones por la Policía y paramilitares orteguistas, quienes lo acusan por supuesta complicidad con las detonaciones de bombas de contacto en esa ciudad.
Según fuentes cercanas a López, “el calvario” del que este ha sido víctima inició desde que fueron desmontados los tranques en la “Ciudad de las Flores”, en junio de 2018, ocasionando que fuera detenido varias veces, siendo torturado, amenazado y vinculándolo con el preso político y líder opositor, Yubrank Suazo.
Noticia relacionada: Capturan a Yubrank Suazo, dirigente estudiantil de Masaya
“Primero lo detuvieron en el mes de diciembre (2018), en la zona del malecón, mientras estaba con unos amigos. Ese día llegaron unos policías, interrogaron a los muchachos y los pusieron a recoger basura, pero pasó una camioneta gris y el conductor les dijo que se llevaran a Alexander, porque es familiar de Yubrank Suazo. Esa vez, solo a él se lo llevaron, liberándolo el mismo día. No sabemos el porqué lo involucraron con Yubrank, porque él no lleva el apellido Suazo”, dijo una fuente en condición de anonimato.
Esa captura ilegal fue el inicio del asedio y persecución del que ha sido víctima Alexander López, ya que el 29 de marzo de este año, fue secuestrado por segunda vez, mientras regresaba de una fiesta en compañía de un amigo. De acuerdo con la víctima, esa ocasión fue capturado por paramilitares, quienes lo llevaron con rumbo desconocido y lo torturaron.
“Me detuvieron los paramilitares mientras venía con un amigo, nos llevaron a un camino que desconozco, nos golpearon brutalmente y nos pusieron choques eléctricos, querían que les dijera dónde estaban las bombas de contacto, pero yo les dije que no sabía, porque nunca he andado involucrado en nada, a las tres de la madrugada nos llegaron a tirar al barrio San Juan (de Masaya)”, relató el joven.
Secuestrado por tercera vez y llevado a “El Chipote”
La última captura ilegal que sufrió López fue el martes, 16 de abril, cuando en horas de la mañana se disponía a realizar unas compras en una venta en el barrio San Juan, donde habita.
“Ese día, se bajaron unos policías de una patrulla, uno de los oficiales me dijo: hoy te mato chavalo, montate a la camioneta, me llevaron (a la estación policial de Masaya) y me volvieron a interrogar acerca de mi supuesta participación en las detonaciones de contacto, les dije que no sabía nada, entonces, me trasladaron a “El Chipote” (Dirección de Auxilio Judicial en Managua), donde estuve ocho días”, declaró a Artículo 66, Alexander López.
Además, denunció que mientras estuvo secuestrado sufrió torturas psicológicas y que, en más de una ocasión, le dieron a beber una pastilla color rosada, que le provocaba mareo, cansancio y sueño.
“Las torturas eran psicológicas, me decían que si yo no decía quién me financiaba las bombas de contacto que iban a echar presos a mis familiares y que a mi esposa le iban a quitar su negocio. En varias ocasiones, me obligaron a beber una pastilla color rosada, que me producía sueño”.
Liberado bajo amenazas
Aunque el pasado martes, 23 de abril, fue liberado, Alexander López confiesa temer por la seguridad de su familia, ya que a cada momento paramilitares y policías orteguistas pasan asediando la casa donde habita.
Noticia relacionada: Ciudadanos explotan bombas de contacto en Monimbó
“Me dijeron (la policía orteguista) que no debo andar en la calle en horas de la noche, mucho menos ubicarme en las esquinas del barrio. No tengo miedo, porque no he hecho nada malo, pero temo por mi familia, porque el asedio es constante, hasta pasan tomando fotos”, finalizó.