Tras la sonada renuncia del exmagistrado Rafael Solís a su cargo en la Corte Suprema de Justicia, e incluso a su militancia sandinista, esta mañana el embajador de Estados Unidos para la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Trujillo, sorprendió durante la sesión extraordinaria de la mañana de este 11 de enero sobre el tema de Nicaragua, cuando confirmó la renuncia del superintendente de Bancos y Otras Instituciones Financieras (Siboif), Víctor Urcuyo, tras 15 años en ese cargo.
El diario La Prensa publicó la noticia y trató de comunicarse con Urcuyo, pero este cortó de «manera abrupta» la llamada e ignoró los mensajes de textos que le enviaron. Artículo 66 también intentó esta tarde de manera reiterada comunicarse con el exsuperintendente, para recoger sus reacciones al respecto pero este nunca contestó su celular.
Querían que presionara a los banqueros
Urcuyo, al igual que todos los funcionarios de la dictadura de Ortega ha evitado dar entrevistas a medios de comunicación, sin embargo, una fuente ligada al sistema financiero comentó que el ahora exsuperintendente de bancos habría tenido serias diferencias con el manejo de la relación del régimen con la banca nacional.
El informante dijo que “con las sanciones de Estados Unidos, los bancos pidieron a las instituciones donde hay funcionarios de las listas Magnitsky, caso concreto la Policía, la Alcaldía y Petronic que debían cambiar sus firmas libradoras y el Gobierno quería hacer su capricho y que los bancos mantuvieran las cuentas con los mismos firmantes. Intentaron que Urcuyo obligara a los bancos y ahí entraron en choques serios”.
Carlos Trujillo también citó la carta del exmagistrado Solís donde señala que los Ortega-Murillo han creado un estado de terror en Nicaragua. El rumor de la renuncia de Urcuyo a su puesto en la Siboif comenzó la noche de ayer 10 de enero en las redes sociales.
El exfuncionario además expresó a los dictadores que toda esta situación de violencia generada a partir del 18 de abril “produjo también en mi persona, a pesar de mi participación en el FSLN por 43 años, una gran frustración y consideré mi renuncia dentro del país o en el exilio desde ese entonces, y si no lo hice antes es porque creí que las cosas podrían cambiar, y por eso fue que les envié en dos ocasiones diferentes, documentos sobre distintas alternativas para negociar bajo diferentes escenarios esa situación y nunca fui tomado en cuenta en esas propuestas”, les recrimina el exmagistrado.