Después que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo cerró el año 2018 con más de 600 presos políticos, el régimen arrancó el 2019 con una nueva cacería. La Policía Orteguista (PO) movilizó a sus tropas por varios barrios de Masaya, y en los primero tres días de enero secuestraron al menos a 10 personas, según indagó Artículo 66.
La lista de arrestos arbitrarios inició el martes primero de enero, cuando un fuerte contingente de antimotines allanó la vivienda de Carlos José González Flores en el barrio Pancasán, secuestrándolo, y acusándolo por supuesta participación en los conflictos iniciados el pasado 18 de abril. Familiares y amigos del detenido niegan que haya participado en las protestas en contra de la dictadura.
Los secuestros siguieron el miércoles dos de enero. A las seis y treinta de la tarde, fuerzas de antimotines allanaron la panadería “Divino Redentor” en Monimbó, secuestrando a Kenneth Isaac Martínez Gaitán, de 29 años, vinculándolo con las bombas que han sido lanzadas a la delegación policial de Masaya.
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Según su esposa, Gabriela Margarita Ñurinda López, de 33 años, Kenneth Martínez fue traslado el mismo día a la Dirección de Auxilio Judicial, conocido como El Chipote. Esa misma noche, vecinos afirman que los agentes capturaron a tres miembros de una familia de apellido Sosa. Artículo 66 investigó los hechos, pero la familia se negó a dar información.
Jueves de consternación en Masaya
El pasado jueves, tres de enero, los barrios Pancasán y El Fox fueron allanados por fuerte contingente de antimotines armados y utilizando la inteligencia canina, secuestraron a cinco personas.
“A la una de la tarde, la tercera calle de Pancasán sufrió mucho con la presencia de decenas de antimotines, andaban como locos, buscando casa por casa y con lista en mano, todos ellos eran guiados por simpatizantes sandinistas”, comentó Luis Vega, testigo de los allanamientos en el barrio Pancasán. Esa tarde, según la fuente, fue capturado Carlos (se desconoce el apellido), de 20, conocido como “Caite”. El régimen lo señala como partícipe de la quema de un oficial de policía en el tranque de los tanques de MEBASA. “Dicen que Carlos iba a las marchas, pero nunca se le miró en los tranques. Pobre su familia, él es un muchacho trabajador y honesto, pero las autoridades no piensan lo mismo y ahora lo acusan de terrorismo”, afirmó otra fuente en condición de anonimato.
A las dos de la tarde del mismo jueves tres de enero, pero en el barrio el Fox, más de 15 antimotines, a bordo de camionetas policiales allanaron la casa de Wilfredo Brenes Domínguez, de 39 años, en busca de supuestas armas. Según su mamá, Petrona Domínguez, de 72 años, Wilfredo fue agredido brutalmente por los agentes orteguistas, decomisando, además, celulares, computadoras y ropas. La dictadura lo acusa de participar en los tranques, lo cual su familia desmiente, aduciendo que Brenes está lisiado después de ser víctima de robo, donde sufrió más de 15 puñaladas hace unos años.
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En el mismo barrio El Fox, los agentes policiales, allanaron la casa de Maritza del Carmen Maldonado Alvarado, de 73 años, de donde secuestraron a sus hijos Karla Vanesa Escobar Maldonado, de 40 años; Fernando Róger Escobar Maldonado, de 33 y a su yerno, Ramón Javier Cerrato, de 57 años. Cerrato fue policía y desertó hace años de la institución de orden. Según Maritza Maldonado, “la policía vino por la tarde buscando armas. A todos los tiraron al piso, los esposaron y se los llevaron, según me dijeron los policías, los acusan por terrorismo”.
La anciana, también denunció que los policías orteguistas le robaron trescientos córdobas, un cuchillo de mesa y varios machetes de su propiedad.