A las seis de la tarde de este miércoles dos de enero, un fuerte contingente de la policía orteguista allanó la panadería Divino Redentor, ubicada en el barrio Monimbó-Masaya, tirando todo lo que había a su paso y secuestrando a Kenneth Isaac Martínez Gaitán de 29 años, trasladándolo el mismo día a la Dirección de Auxilio Judicial, conocido como “El Chipote”. Las fuerzas policiales de la dictadura señalan al joven Martínez Gaitán de “conocedor” de quién lanzó unas bombas de contacto en la delegación policial de ese departamento.
“A las 6:20 de la tarde, mi esposo (Kenneth Isaac Martínez) vino de trabajar, cuando al instante apareció un hombre en una moto, preguntando por él, diciendo que era el que vende zapatos, la verdad nunca lo había visto, mi esposo no lo recibió, porque estaba ocupado, a los minutos que el sujeto se fue aparecieron antimotines encapuchados y lo comenzaron a interrogar acerca de las bombas que semanas atrás fueron lanzadas en la delegación policial”, dijo Gabriela Margarita Ñurinda López, de 33 años, esposa Kenneth Martínez.
La pareja del detenido comentó que uno de los oficiales cuestionaba a Kenneth Martínez por ser familia de Silvio (del mismo apellido), quien está en Costa Rica, y que según las autoridades es el que ha dirigido y mandó a tirar bombas a la estación de policía de Masaya. “Uno de los policías que decía que era de inteligencia, le afirmaba a mi esposo: “Vos sos sobrino de Silvio, él ha mandado a tirar bombas a la policía”, pero en ningún momento lo señalaron de forma directa con ser el autor de esos hechos, a él se lo llevan sólo por ser sobrino de Silvio Martínez. Es más, los policías ni sabían el nombre de mi esposo, porque hasta ese momento le preguntaron su nombre: “cómo te llamás”, le preguntó uno de los policías encapuchados”, narró la joven Ñurinda.
Cuestiona a la familia por tener bandera nacional
Según Flora López Rivera, de 65 años, propietaria de la Panadería Divino Redentor y suegra de Kenneth Martínez, los uniformados, luego de llevarse detenido a su yerno, regresaron al negocio familiar y lo allanaron sin ninguna orden judicial. “La policía regresó a la panadería a las 8:30 de la noche, comenzaron a registrar todo, dejando todo tirado. Además, cuando entraron a mi habitación encontraron una bandera azul y blanco que le pertenecía a mi difunto esposo (Ramón Ñurinda) que tiene cinco años de fallecido, y que cada 14 de septiembre la ponemos en la entrada de la casa para conmemorar las fiestas patrias. Un policía que la encontró dijo “mirá lo que encontramos”, luego de eso, la agarraron y le tomaron foto, pero yo les dije su origen, sin embargo, no hicieron caso”.
“Son 25 años de tener esta panadería, jamás hemos tenido problemas con nadie, hasta ahora este suceso, el cual me tiene molesta y nerviosa, porque somos trabajadoras y al igual que mi yerno (Kenneth Martínez), luchamos por salir adelante”, recalcó Flora López Rivera.
La familia afectada denunció que “los policías me exigieron que les fuera a mostrar la casa donde vive mi suegra, le dije a mi sobrina Valeria Pavón López que me acompañara, ambas abordamos la patrulla, pero una vez que llegamos no nos dejaron bajar, a la media hora salieron de la casa, pero nada encontraron de lo que buscaban, porque salieron con las manos vacías”.
Otros secuestros la misma noche
De acuerdo con información brindada por vecinos de la familia Ñurinda, en la misma zona del barrio Monimbó, la policía del régimen y paramilitares secuestraron a tres miembros de una familia de apellido Sosa, a los cuales las autoridades del régimen los implican en las protestas, y también por tirar bombas en contra de la institución policial y en una radioemisora de la ciudad. Articulo 66 estuvo en la zona de los allanamientos pero no hubo posibilidad de hablar con los familiares. En el sitio, los vecinos y militantes del partido de gobierno afirmaron que ahí no había pasado nada y negaron las capturas.
Muchachos, abran muy bien los ojos porque una estrategia que está utilizando el orteguismo es inundar las redes con noticias falsas, desde perfiles en los que se hacen pasar por ustedes mismos y por otros medios de comunicación para: (1) crear confusión, (2) echarlos a pelear con los activistas y con los periodistas de otros medios independientes, y finalmente, (3) para seguir victimizando a este gobierno que solo “quiere la paz” (del calabozo y los cementerios) y descalificarlos ante la opinión pública con toda la basofia de adjetivos calificativos que salen de la cabeza de la Murillo y su recua de asesores cubanos, rusos y venezolanos, especialistas en operaciones de contrainteligencia, ingeniería social y “guerra político-ideológica”, así que mucho cuidado.
La situación de estos días en Masaya es un ejemplo claro. Si ustedes no fueron los que inicialmente publicaron en redes que todo estaba normal en Masaya, aclárenlo de una buena vez y denuncien estas maniobras confusoras de los empleados del régimen.