Por: Guillermo Cortés Domínguez
La reciente conformación de “Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua” le da continuidad a la vocación gremialista de estos profesionales de la comunicación y a su condición natural que los vincula a las aspiraciones de la ciudadanía y a los procesos políticos del país, y al mismo tiempo también expresa una categórica ruptura histórica con algunas práctica de organizaciones que la antecedieron y que tuvieron consecuencias nefastas para los agremiados de las que aún hay secuelas.
Egipcios, persas y griegos tuvieron formas de periodismo manuscrito en papiros, pergaminos y papel, miles de años atrás. En Nicaragua asistimos tardíamente a los primeros relatos sobre un poblado firmamento de seres sobrenaturales y hechos de la vida real, no escritos, sino en representaciones pictográficas en los llamados códices de nuestros indígenas, muchos de ellos destruidos por conquistadores españoles fanatizados e ignorantes que los asociaron a brujería y asuntos satánicos.
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El antecedente remoto de “Periodistas y Comunicadores…”, es el “Grupo Patriótico”, formado por notables defensores de la soberanía nacional en el que estaban varios periodistas, como Salvador Buitrago, del que se derivó en los años 30 del siglo pasado, bajo la dirección de este, la primera organización gremial propiamente dicha, “La Liga de Periodistas”, que apoyó la lucha nacionalista del Gral. Augusto C. Sandino y se opuso al Tratado Chamorro Bryan que cedió la soberanía nacional para la construcción de un canal interoceánico.
Años más tarde, el 30 de abril de 1966, surgió el Sindicato de Radioperiodistas de Managua, que impulsó la lectura de noticias en iglesias católicas ante el cierre de medios de comunicación de parte del régimen somocista, en lo que se conoció como “Periodismo de Catacumbas”, entre el 31 de enero y el 11 de febrero de 1978. Para burlar la censura, los radio periodistas planificaron realizar el 28 de enero un noticiero unitario en el que las noticias serían leídas por Guillermo Treminio, César Estrada, Bismarck Rodríguez y Eduardo López Meza, las grandes voces de la época, pero la dictadura lo prohibió. El SRPM existió durante trece años.
Los precursores
Se reconoce al pasquín “La Loca”, de 1826, como el primer manuscrito periodístico de Nicaragua, y a “La Pelona”, en 1830, como la primera publicación impresa. En este año fue que se introdujo la imprenta a Nicaragua, casi dos siglos después que en Guatemala. El primer periódico, “La Gaceta de Nicaragua”, surgió el 31 de agosto también de este año y pasaría medio siglo para que apareciera el primer diario, “Diario de Nicaragua”, el primero de marzo de 1884, dirigido por Rigoberto Cabezas y Anselmo H. Rivas.
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Las personas que integramos “Periodistas y Comunicadores…” somos herederos de esos precursores indígenas y de Gregorio Juárez, Jerónimo Pérez, Desiderio de la Cuadra, Enrique Guzmán, Anselmo H. Rivas y Rigoberto Cabezas, Manuel Maldonado y Alejandro Bermúdez, José Dolores Gámez, Gustavo A. Mercado, Salvador Buitrago, así como de Enrique Gottel, Fabio Carnevallini, Juan Ramón Avilés, Gabry Rivas, Salomón (Chilo) Barahona, Leonardo Lacayo Ocampo, Manolo Cuadra Vega, Hernán Robleto Huete y Adán Selva, estos últimos más recientes, entre otros. Y por supuesto, del más grande de todos: Rubén Darío, y de uno de los principales de nuestra historia, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal.
El esfuerzo gremial más sostenido y duradero está representado por la Unión de Periodistas y la Asociación de Periodistas (UPN y APN), la primera surgida el primero de marzo de 1978 en el fragor de la lucha contra la dictadura somocista y bajo la influencia del FSLN.; y la segunda, el 19 de octubre de 1981, en una acera política antagónica a la Revolución Popular Sandinista. Ambas se identificaron con proyectos políticos partidarios, una con la izquierda y otra con la derecha, cuando estas etiquetas tenían alguna significación concreta. Los afiliados nos atrincheramos e incluso nos enfrentamos.
Convencidos de que la Revolución Popular Sandinista significaría la redención de los oprimidos y posibilitaría la construcción de un país libre, democrático y soberano, cientos de periodistas trabajamos con la UPN, pero su subordinación al FSLN –como ocurrió con Ampronac, ATC y otras organizaciones que se formaron antes del 19 de julio–, la borraron como gremio, no pudo desarrollarse y responder a las necesidades de sus afiliados, y fue arrastrada hacia el despeñadero de la propaganda partidista.
Surgidos en lucha contra otra dictadura
Algo similar ocurrió con la APN, que también se sometió a la influencia de partidos políticos liberales y tampoco logró desarrollarse como una fuerza gremial que satisfaciera a sus agremiados, sin embargo, en un sentido estratégico, su crítica al FSLN por su falta de democracia debido a su autoritarismo, se vio confirmada por la historia y la profunda deriva de esta organización que surgió como movimiento de liberación nacional y mediante la lucha armada encabezó el derrocamiento de la dictadura somocista, solo para, años más tarde, volverse tan corrupta y genocida como ella, o peor, engendrando la dictadura de los Ortega-Murillo, responsable de genocidio y delitos de lesa humanidad.
Organismos de derechos humanos internacionales piden al dictador, cesar la represión contra la prensa independiente y aclarar los crímenes contra el pueblo nicaragüense. #DerechoAInformar #Artículo66https://t.co/rLtHoovtNV
— Artículo 66 (@Articulo66Nica) 5 de diciembre de 2018
Esto explica por qué representantes de ambas organizaciones coincidieron hace unos días en un plantón de protesta contra la dictadura orteguista por las agresiones a periodistas y medios de comunicación de León y Managua, como Álvaro Montalván y Aníbal Toruño, dueños de las radios Mi Voz y Darío; y Miguel Mora, propietario de 100% Noticias, en Managua.
Reconocemos a precursores como José Constantino González (1884—1964), quien en 1920 viajó a la Unión Soviética en compañía del peruano Juan Carlos Mariátegui. Fue amigo de Farabundo Martí, y como él, secretario de Sandino, a quien propagandizaba en su revista “El grito de la raza”. Denunció la profanación que marines yanques hicieron el 5 de junio de 1929 en el Cementerio San Pedro, en Managua.
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“Periodistas y Comunicadores…” se conforma en la lucha contra otra dictadura, pero sin ataduras con fuerzas partidarias, y esta es una de las rupturas históricas más relevantes con la que marca un hito, un parteaguas, una diferenciación estratégica que puede impulsar hacia el éxito a esta naciente organización que no está influenciada por la Unidad Nacional Azul y Blanco, tampoco por la Articulación de Movimientos Sociales y Organizaciones de la Sociedad Civil, ni por la Alianza Cívica, ni el FAD ni ningún movimiento, fuerza o partido político, tampoco grupos de poder económico o religioso.
Unidad para defender al gremio y la libertad de expresión
“Nos declaramos independientes de todo grupo de poder y reafirmamos nuestra identidad de profesionales del periodismo y la comunicación social que trabajamos en un contexto represivo que incluso pone en riesgo nuestras vidas y que afecta con mayor fuerza a quienes laboran en los departamentos fuera de Managua”, sostienen en su documento constitutivo del recién pasado primero de diciembre
“Periodistas y Comunicadores…” reivindica la necesidad de la unidad gremial “para defender el derecho a la libertad de expresión que compartimos con toda la ciudadanía, y el de libertad de prensa para nuestro ejercicio profesional” y al mismo tiempo declara sin tapujos su vocación política: “Aspiramos a una sociedad donde prevalezca la libertad, la democracia y la justicia y, por tanto, en la que se respete la libertad de expresión y la libertad de prensa, donde sea posible un ejercicio profesional del periodismo en medio de una observancia plena de los derechos humanos de toda la ciudadanía”.
El documento constitutivo es contundente al asumir la defensa de la libertad de expresión y de prensa, como corresponde a una organización gremial de periodistas y comunicadores, y no tiene ninguna reserva para identificarse con los elementos básicos que definen una sociedad democrática. Por primera vez en la historia gremial, se establece un sólido compromiso con la promoción y el respeto de los derechos humanos así como con los derechos ambientales.
Uno de sus principios y valores es rotundo en cuanto a lo que asumen como objetividad profesional y compromiso político y social: “No somos neutrales, estamos contra la corrupción, el nepotismo y el autoritarismo; contra todo tipo de violencia, el irrespeto al ambiente y las violaciones a los derechos humanos de la ciudadanía en general y en particular de periodistas y comunicadoras(es)”.
Agrupa a todas las personas comunicadoras
Otra ruptura histórica que con sus posiciones provoca “Periodistas y Comunicadores…”, es que agrupa a toda la familia de la comunicación, atendiendo a la revolución que se ha producido en este campo, en que con la transformación de medios tradicionales en cibermedios, los periodistas al mismo tiempo son fotógrafos, camarógrafos y editores de textos, fotos y videos.
Pueden pertenecer a ella también personas que se desempeñan como relacionistas públicas, presentadoras de televisión, diseñadoras gráficas vinculadas a los medios de comunicación, blogueras, locutoras de noticieros radiales, escritoras de redes sociales, etcétera. Así mismo, la integran profesionales y quienes regularmente desempeñan un oficio relacionado a estas especialidades.
La subordinación a partidos políticos y a otros grupos de poder en el pasado ahuyentó a la juventud de las organizaciones gremiales de periodistas, pero haciendo a un lado sus justas aprehensiones han dado un paso al frente con “Periodistas y Comunicadores…”, que está dando señales contundentes y categóricas de que apunta por un camino de real independencia, donde la juventud, y entre ella, las mujeres, son la gran protagonista, en una relación respetuosa entre pares sin hegemonías ni con enfoque de género y generacional.
Rescatamos el aporte de mujeres al periodismo pese al opresivo contexto patriarcal y machista en el que vivieron, como Salvadora Latino, Saturnina Guillén, Carmen Sobalvarro y, la fundadora del feminismo en Nicaragua, la pedagoga chontaleña Josefa Toledo de Aguerri, primera mujer que obtuvo el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN).
En su asamblea constitutiva rindieron homenaje a Ángel Gahona, asesinado el 21 de abril de este año mientras transmitía en vivo una protesta ciudadana cerca de la Alcaldía de Bluefields. También recordaron a los periodistas asesinados en las últimas décadas: Pedro Joaquín Chamorro, Joaquín Mejía, Ana María Bravo, Adolfo Olivas y Carlos Guadamuz, quienes corrieron la misma suerte que Mateo Mayorga, director de El Defensor del Orden, fusilado el 22 de octubre de 1855 por las fuerzas invasoras de William Walker, Anselmo Fletes Bolaños, asesinado en la cárcel en 1930 por las tropas yanquis y Manuel Díaz y Sotelo, el primer periodista que mató la dictadura somocista, el 7 de agosto de 1959.
Por primera vez se reconoce a dos periodistas asesinados
Es la primera vez que un organismo gremial reconoce el martirologio de dos periodistas, Joaquín Mejía, quien murió casi dos años después de una golpiza brutal de la que nunca se repuso, a la que fue sometido en 1988 por torturadores de la Dirección General de la Seguridad del Estado; y Adolfo Olivas, quien fue asesinado a balazos en el 2005 después de varias publicaciones sobre el tráfico internacional de drogas, el Cartel de Sinaloa y la caída de una avioneta en las cercanías de La Trinidad, Estelí.
Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua surge porque la mayoría de estos profesionales no pertenece a ninguna organización gremial, y necesitan con urgencia unirse para protegerse y continuar en el ejercicio de la profesión pese al actual contexto en extremo represivo en el que la dictadura ha recrudecido su persecución, amenazas y hostigamientos y está desarrollando políticas y operativos de terrorismo contra periodistas y medios de comunicación.
Casi todas las organizaciones de periodistas que existen, lo son solo por sus nombres: Sindicato Nacional de Periodistas (nunca firmó un convenio colectivo con algún medio de comunicación); Colegio de Periodistas, creado en marzo del año 2001, está casi muerto por su subordinación a la dictadura e inactividad; y la Unión de Periodistas también, oficialista, controlada por algunos divulgadores de instituciones del Estado sometidos a la despótica Rosario Murillo. Desde el estallido social del 18 de abril, la UPN ha emitido dos comunicados de apoyo al régimen genocida. La APN está en acción, pero un amplio conglomerado no se afilia a ella por diversas razones.
Otro hito de Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua es que irrumpe con nuevas formas organizativas que hacen a un lado el esquema tradicional de elección de una junta directiva y de electores que retornan a sus casas y se desatienden de la organización hasta la próxima asamblea anual. Esta organización adopta una estructura de comisión ejecutiva que lleva a la práctica las decisiones de una asamblea; y cuatro comisiones de trabajo: Promoción del ejercicio profesional; Defensa y protección; Relaciones Internacionales; y Comunicación.
De abril a diciembre 2018: más de 500 agresiones a periodistas
La nueva organización gremial surge en un contexto de estallido social e insurrección cívica no violenta iniciada el 18 de abril, reprimida a lo largo de casi ocho meses por la dictadura, con saldo de unas 400 personas muertas, miles de heridas, unas 700 secuestradas y cerca de 200 judicializadas. La mayoría de quienes integran “Periodistas y Comunicadoras(es)”, le han dado cobertura a la resistencia pacífica de la ciudadanía incluso a riesgo de sus vidas.
En este contexto se han producido unas 500 agresiones a periodistas, incluyendo uno asesinado, Radio Darío incendiada, Mi Vos cerrada y 100% Noticias hostigado a diario; cámaras de televisión y de fotografía robadas; periodistas golpeados y heridos, encañonados con fusiles, obligados a lanzarse al piso, capturados, intimidados, amenazados, vigilados, acechados, forzados al exilio, etcétera, en lo que ha sido la ejecución de una política de terrorismo de Estado para impedir que los medios y comunicadores le digan a la ciudadanía la verdad de lo que está aconteciendo.
La Comisión Ejecutiva electa por 46 votantes el 1 de diciembre del 2018 será provisional hasta el 3 de mayo del 2019, Día de la Libertad de Prensa, en el que será reemplazada por una nueva que fungirá por un año y cuyos integrantes podrán ser reelectos únicamente por un nuevo período. Esta provisionalidad fue producto de la falta de criterios previamente convenidos para determinar quiénes podrían participarían en los comicios. Muy tarde fue cuando nos percatamos que cinco de los que podrían resultar electos eran de dos medios de comunicación, concentración inconveniente para una real representatividad. En un momento, hubo cincuenta y tres participantes, pero pertenecen a la asamblea unos 90.
Finalmente, podría decirse que Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua evidencia una claridad conceptual propicia para su trabajo. En las semanas previas a su formación fue elaborada una propuesta de documento constitutivo discutida inicialmente en un pequeño grupo de cinco profesionales, luego en otro de cerca de 20 y ese texto en construcción fue debatido por tres grupos de trabajo conformados por la asamblea del primero de diciembre. Su introducción que repasa de manera breve el pasado gremial, se convierte en una justificación del nuevo organismo.
Promoción de la libertad de expresión y ejercicio periodístico con respeto a derechos humanos
Contiene una definición de las personas integrantes así como un objetivo general que combina contribuir a un ejercicio profesional respetuoso de los derechos humanos con la promoción de la libertad de expresión; y cinco objetivos específicos en los que se privilegia la defensa de los agremiados, especialmente de los de fuera de Managua, ante la represión de la dictadura; y la promoción del debate entre periodistas y comunicadores independientes.
Hace suyos seis principios y valores, entre ellos: respeto a la diversidad y la pluralidad de identidades y la no discriminación; promoción de relaciones horizontales, de igualdad, sin caudillismos ni hegemonías personales ni de grupos; el diálogo como método para encontrar puntos de coincidencia y lograr acuerdos; y ser receptivos al escrutinio social responsable al trabajo periodístico, en aras de un ejercicio profesional ético.
Establecen su estructura organizativa de asamblea, comisiones de trabajo y una comisión ejecutiva; así como mecanismos de integración a la organización mediante solicitud escrita y dos avales igualmente escritos de parte de personas que ya pertenecen a la misma. Las comisiones quedan comprometidas a elaborar planes de trabajo que, entre otras tareas incluyen estatutos, un código de ética, planes de formación continua, estrategia de comunicación, y elaboración de proyectos para gestionarlos ante organismos internacionales de periodistas, etcétera.
Diez días después de la conformación de Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua, la dictadura crea el llamado “Movimiento de Comunicadores Patrióticos”, constituido principalmente por quienes laboran en el imperio mediático televisivo de la familia Ortega –Murillo, el que en su documento fundacional desnuda su vergonzoso papel servil y cómplice con el régimen genocida: “Nos pronunciamos en solidaridad y apoyo a nuestras autoridades: el Presidente Comandante Daniel Ortega y la Vice Presidenta, Compañera Rosario Murillo”.
Entre Homero y Tucídides
Los comunicadores de la dictadura orteguista cometen una gravísima falta de ética no solo porque se hacen los indiferentes e insensibles ante la brutal represión que padecemos los periodistas y comunicadoras(es) independientes, sino porque como lobos de filosos colmillos nos atacan imputándonos graves cargos, a tono con el discurso oficial, y con ello nos exponen y justifican las políticas y operaciones de terrorismo de Estado de la tiranía y sus cuerpos ejecutores como la Policía, las fuerzas antimotines, los paramilitares y sus grupos de choque. Por otro lado, este hecho también es una confesión de que ya no les sirven el Colegio de Periodistas ni la UPN, que duermen en el descrédito y la inoperancia.
Como una dualidad de la que no podemos separarnos, los periodistas y comunicadores independientes de Nicaragua arrastramos la interpretación subjetiva de los hechos propia de Homero, y el sentido lógico y racionalista de Tucídides, para quien no existían personajes sobrenaturales, y se centraba en los de carne y hueso, ambos en los albores del periodismo en la antigua Grecia. Se requiere en cada nota informativa construir un balance con base a múltiples fuentes para construir lo que se llama “la verdad” periodística, es decir, alcanzar la mayor aproximación posible a los hechos, a lo que realmente ocurrió. Esta búsqueda es nuestra razón de ser junto con el hecho de que, como dijimos, no somos neutrales, somos enemigos de la corrupción y el autoritarismo.