Al finalizar la misa de las 11 de la mañana de este domingo, 04 de noviembre, en la Catedral de Managua nuevamente un grupo de autoconvocados protestó en contra de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo exigiendo justicia, democracia y libertad para los presos políticos.
“Libertad, libertad”; coreó el grupo de ciudadanos, quienes además repartieron lazos azul y blanco como símbolo de la lucha que mantienen en contra del régimen. Desde el 18 de abril, Nicaragua se enfrenta a una jornada de protestas que han dejado más de 500 asesinatos y un poco más de dos mil heridos producto de la represión de la Policía orteguista y paramilitares.

Asedio policial
El piquete se realizó a pesar de que antimotines fuertemente armados se tomaron los alrededores de la Catedral y trabajadores del Estado se encontraban apostados en las cercanías de la Dirección General de Ingresos (DGI), en el costado norte de la iglesia, acompañados de motorizados.
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Socorro Matus, conocida como doña Coquito, dijo que “aunque nos estropean las marchas, estarán presentes en nuestro corazón, en nuestras vidas, que él nos va a proteger de estas malas anomalías que están pasando porque nos quieren reprimir, pero no nos van a callar porque este corazón está muy vivo y aunque mi piel esté arrugada sigo vibrando en mi Nicaragua”.
Los autoconvocados señalaron que ante la represión del Gobierno y la criminalización de las protestas no han tenido más opción que protestar al finalizar la misa dominical para exigir libertad para los presos y presas políticas.

Los orteguistas amenazaron esta semana con invadir la Catedral de Managua, ya que aseguran que se está convirtiendo en un lugar de “proselitismo político” y que ellos “también son católicos”, advertencia que fue tomada como una medida intimidatoria, pues los seguidores de Daniel Ortega mantienen una campaña en contra de los líderes de la Iglesia católica, a quienes tildan de “golpistas”, a pesar de que fue el mismo presidente que pidió a los jerarcas que fueran los mediadores del Diálogo Nacional cuando las protestas estaban en su punto álgido, entre abril y mayo.