Durante la homilía de este domingo, en la Catedral Nuestra Señora del Rosario, Monseñor Rolando Álvarez, el obispo de la diócesis de Matagalpa, afirmó que gobiernos totalitarios que se imponen a través de la fuerza, no perduran.
En referencia a la crisis política que vive Nicaragua, el jerarca católico expresó que «la historia enseña que los reinos fundados sobre el poder de las armas, la intimidación, la amenaza, el chantaje, la coacción son realmente frágiles y débiles; y antes o después terminan quebrándose».
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«El reino de Dios se fundamenta sobre el amor la reconciliación, el perdón, la fraternidad, la solidaridad, la no exclusión, la no discriminación, que son condiciones para el desarrollo humano sostenible y el respeto a los derechos humanos. El reino de Dios se radica en los corazones, ofreciendo a quien lo acoge, paz, libertad y plenitud de vida», resaltó el prelado.
«No somos pobres porque nos tocó ser pobres»
Referente a la situación de pobreza que vive Nicaragua, Álvarez indicó que «las causas las arrastramos desde hace 200 años; es decir, no somos pobres porque nos tocó ser pobre, sino porque desde que hay una decisión política de no distribuir la riqueza con equidad; a la persona se le somete a ser pobre».
Además afirmó que la «errónea» decisión política e histórica Nicaragua, se ha configurado a partir de no construir cimientos mínimos aceptables para la edificación de un estado social y de derecho».
Apuntó además, que sin una justicia independiente, el Estado se degrada en detrimento de la seguridad jurídica del pueblo. «El pueblo debe pagar en pobreza y en mayores costos el precio de una justicia que no es independiente de una justicia dependiente».
El 99% de los nicaragüenses sufren
El también administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, ofició esta mañana una homilía en la parroquia San Isidro Labrador. en el municipio de San Isidro, en Matagalpa, donde refirió que el pueblo católico y no católico debe formar una gran red de servicio entre los nicaragüenses.
Álvarez recalcó que la solidaridad no se debe de perder, porque el 99 % de los nicaragüenses sufren todos los días. «Toda Nicaragua con Dios y en Dios debemos salvarnos unos y otros. Ahí está la respuesta, sí somos capaces de ayudarnos unos y otros, de servirnos y tomar esa fraternidad solidaria unos y otros».
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En su mensaje el Obispo reiteró que el reino de Cristo no es como el de este mundo, sino que es un reino de servicio, «y ante la pregunta de muchos: ¿Y ahora qué? ¿Todo está perdido, no hay futuro, se acabaron las esperanzas, no hay nada que hacer?, pensar así es una tentación del demonio, que busca como hacer caer en la desesperanza…».
En cuanto a quién puede sacar de la crisis a Nicaragua, Álvarez dijo que no se puede esperar que del exterior venga la solución. «Si una familia sabe que el vecino del barrio o un conocido padece de hambre y va y le ayuda con lo poco que tiene, eso es fraternidad humana, eso nos dice que no estamos destruidos y que si nos ayudamos unos a otros, Dios es nuestra esperanza”.
Monseñor Álvarez señaló que el reino de Cristo no es de este mundo, porque trasciende cualquier situación política y social. «El reino de Cristo no es de este mundo, porque lamentablemente en este mundo, muchos reinos traicionan la verdad y viven en la mentira, promueven la injusticia, la iniquidad, la desigualdad; y por lo tanto promueven la pobreza».
«De tal manera que los pobres no son pobres porque ellos quieran; existen pobres por estos reinos que promueven la falsedad, la mentira, el engaño, la inequidad, la desigualdad, la injusticia. Promueven el que unos pocos, muy pocos, cada vez más pocos, sean dueños de la inmensa mayoría de las riquezas de un país como el nuestro».