A las 3:45 de la mañana de este miércoles, seis de octubre, un grupo de trabajadores de la Salud de Mateare cumplía su primera «tarea». En ese municipio de Managua se arrancaba la jornada de vacunación contra el COVID-19 a personas mayores de 30 años. Los enfermeros y enfermeras con sus batas blancas daban el banderillazo contoneándose al ritmo de la canción de campaña presidencial del dictador de Nicaragua «Todos juntos».
¡Con Daniel, adelante! se escuchaba desde unos parlantes mientras los sanitarios ondeaban la bandera del Frente Sandinista y unos cuantos sostenían la de Nicaragua. Los ciudadanos que acudieron a inmunizarse no se unieron al acto proselitista, que se repite al igual que en la mayoría de puntos de vacunación. Todos permanecieron en sus sillas, bajo un toldo y a la espera de recibir su primera dosis de AstraZeneca, inyectables donadas por el Gobierno de España.
Noticia relacionada: Nicaragua seguirá los pasos de La Habana aplicando las vacunas antiCOVID cubanas a niños
Mateare tampoco se salvó de las largas filas, pues solamente se habilitó un centro de vacunación y con dosis contadas, lo que llevó a la población de esa zona a aglomerarse. Desde una noche antes, los lugareños se apostaron en las afueras del centro de salud. Gran parte de los que esperaban se quedaron sin recibir la vacuna.
Según fuentes extraoficiales, al municipio el Ministerio de Salud (Minsa) envió alrededor de 1,500 dosis de AstraZeneca. Los cupos eran limitados y a las seis de la mañana no habían más números para continuar con la jornada.
Los fanáticos del régimen orteguista aprovecharon el lugar para hacer campaña política con canciones alusivas a la dictadura y reiteraron su «agradecimiento al buen gobierno» por las vacunas, olvidando que la salud es un derecho universal y que las vacunas han sido un regalo al pueblo de Nicaragua de países europeos, mismas que han sido distribuidas por medio del mecanismo Covax que busca favorecer a los países más pobres de América Latina y el Caribe.
Al lugar se presentó la alcaldesa María Isabel Ramírez para aprovechar el momento y junto a los otros simpatizantes grabarse haciendo proselitismo político mientras los ciudadanos que llegaron a reservar sus puestos solo observaron la situación sin inmutarse.
Noticia relacionada: Dictador Ortega defiende vacunas cubanas contra el COVID-19 y pide a la OMS aprobarlas
Algunos simpatizantes aprovechan para expresar que deben «dar gracias al comandante por la jornada de vacunación». En el centro de salud de Mateare colocaron banderas rojinegras, del partido de turno, y a lo interno estaba ataviado de globos con los colores del FSLN.
El proceso de vacunación antiCOVID se llevó a cabo con pocos incidentes, pero el disgusto de quienes quedaron sin acceder a la vacuna fue notorio, pues la jornada culminó en horas tempranas y solo quienes ya se encontraban en el puesto desde la madrugada pudieron ser atendidos.