El Departamento de Estado de Estados Unidos advirtió a los inversionistas ser «extremadamente cautelosos» al colocar su dinero en Nicaragua bajo el gobierno autoritario de Daniel Ortega, debido al clima de incertidumbre generado por nuevas leyes represivas, la persecución política y fiscal, y un cuestionable manejo de la pandemia del COVID-19 por parte del régimen.
La advertencia fue emitida en el informe sobre el clima de inversión 2021 del Departamento de Estado, dado a conocer este miércoles, 21 de julio; y que tiene como propósito analizar el clima empresarial de más de 170 países para ayudar a las empresas estadounidenses en sus decisiones de inversión internacional.
«El régimen de (Daniel) Ortega continúa suspendiendo los derechos civiles garantizados constitucionalmente, deteniendo a los presos políticos y haciendo caso omiso del estado de derecho, creando un clima de inversión impredecible plagado de riesgos para la reputación y regulación arbitraria», señala la agencia.
Indica que a las puertas de las elecciones presidenciales programadas para noviembre de 2021 persiste una «falta de restauración de las libertades civiles y la garantía de elecciones libres y justas que podría provocar nuevos disturbios y conducir a un mayor aislamiento del régimen de Ortega».
Además, el régimen se dedicó a aprobar seis leyes represivas adicionales que «deberían alarmar a los inversionistas». Estados Unidos señala que las más preocupantes incluyen la Ley de Ciberdelitos, conocida como Ley Mordaza; la Ley de Agentes Extranjeros y la Ley de protección al Consumidor.
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La Ley del Consumidor «podría evitar que las instituciones financieras tomen decisiones independientes sobre si prestar servicios a los clientes financieros, incluidas las entidades sancionadas».
A la vez, «las autoridades fiscales han incautado propiedades siguiendo facturas fiscales supuestamente arbitrarias y han encarcelado a personas sin el debido proceso hasta que se negociaron y pagaron los impuestos. Además, las multas arbitrarias y las inspecciones aduaneras perjudican a las empresas extranjeras que importan productos», menciona Estados Unidos.
Impacto de la pandemia COVID-19
La agencia dirigida por Antony Blinken señala que la pandemia del COVID-19 también afectó la economía de Nicaragua, con énfasis en el turismo y la inversión.
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Indica que «los intentos del gobierno (de Nicaragua) de ocultar el alcance de la pandemia, incluido el número de nuevos casos y muertes, pueden haber dañado la confianza de los consumidores y los inversores».
Indicadores económicos
Sumado a ello, las cifras económicas no son nada alentadoras con una inflación que aumentó otro 3 por ciento después de haber aumentado un 6.1 por ciento en 2019, y el número de nicaragüenses asegurados a través de la seguridad social cayó un 19 por ciento desde marzo de 2018.
Las reformas fiscales de 2019, a su vez, continúan dañando los márgenes de ganancias comerciales y aumentando los precios al consumidor.
Detalla que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía de Nicaragua se contrajo 3.8 por ciento en 2018, 5.8 por ciento en 2019 y aproximadamente 3.5 por ciento en 2020.
El Banco Mundial espera que la economía crezca 0.9 por ciento en 2021 a medida que se recupera de la pandemia de COVID-19, menos que el 2.5- 3.5 por ciento pronosticado por el Banco Central de Nicaragua.
«Estas condiciones plantean desafíos importantes para hacer negocios en Nicaragua».
Nicaragua tiene potencial
Pese al riesgoso clima de inversión, «la economía de Nicaragua todavía tiene un potencial significativo de crecimiento si se pueden superar los desafíos institucionales y del estado de derecho y se puede restaurar la confianza de los inversores».
En este punto, Estados Unidos destaca que el país cuenta con numerosos recursos naturales, un sector agrícola bien desarrollado, un sector privado altamente organizado y comprometido con una economía libre; fácil acceso a las principales rutas marítimas; y una fuerza laboral joven y de bajo costo que respalda un sector manufacturero vibrante.
El país norteamericano es el socio comercial más grande de Nicaragua que representa aproximadamente una cuarta parte de las importaciones y cerca de dos tercios de las exportaciones del país.