La opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) le elevó la parada a la dictadura de Daniel Ortega y citó a los representantes del régimen para volverse a sentar en la mesa de negociación, en el INCAE, para el próximo 31 de julio, según se lee en la carta que la Alianza distribuyó a la prensa nacional.
“Atendiendo al llamado de la reciente resolución de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) del 28 de junio, de fomentar un diálogo serio, de buena fe, efectivo y sinciero, la Alianza ha expresa tanto al Consejo Permanente como a la comunidad nacional e internacional nuestra voluntad de acoger dicha resolución”, le expresa los negociadores opositores al canciller Denis Moncada, jefe negociador por la dictadura.
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El emplazamiento de la oposición incluso lleva fecha, hora y lugar: 31 de julio, a las 10 de la mañana, en las mismas instalaciones del INCAE, el sitio donde se realizaron las pláticas anteriores que permitieron un acuerdo para la liberación de los presos políticos y el respeto de las libertades públicas, pero que hasta ahora Ortega incumple.
El restablecimiento de las negociaciones, insiste la Alianza Cívica, “esperamos alcance acuerdos tangibles” y “marcará el inicio de una etapa de respeto a los Derechos Humanos, a la pluralidad política y social, a la libertad de expresión y al consenso básico para una Nicaragua libre, democrática y con justicia para todos”.
Los fracasos del diálogo
Desde que se desató la crisis sociopolítica del 18 de abril de 2018, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha impuesto su voluntad a sangre y plomo. El régimen solo accedió a sentarse a negociar, pidiendo el auxilio de los obispos de la Iglesia Católica, en mayo de 2018, cuando tenía trancado todo el país.
Ese intento de diálogo se postergó hasta el 10 de julio de 2018, y fue accidentado por las constantes descalificaciones y ofensas por parte del régimen, tanto hacia la contraparte como para la Conferencia Episcopal que hacía de mediadores.
El 19 de julio de 2019, el mismo Daniel Ortega puso una lápida a la negociación calificando a los obispos como “golpistas”, “terroristas” y “asesinos”. Además señaló que las iglesias habían sido utilizadas para almacenar armas, para guardar bombas y para salir a atacar y a asesinar.
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“Yo pensaba que eran mediadores, pero no, estaban comprometidos con los golpistas. Eran parte del plan con los golpistas”, insistió Ortega para agitar los ánimos de su militancia.
El 27 de febrero de 2019, la dictadura y la oposición reanudaron las pláticas en el INCAE. Primero con la mediación del cardenal Leopoldo Brenes y del nuncio apostólico Waldemar Stanislaw. Cinco días después Brenes no volvió a aparecer en la mesa y la Conferencia Episcopal emitió un comunicado en el que rechazaron participar como mediadores. La negociación siguió solo con el embajador del Vaticano.
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El cinco de marzo de 2019, los negociadores aprobaron la llamada “hoja de ruta”, que establecía una serie de puntos irrelevantes para alcanzar un acuerdo. La Alianza Cívica mantenía como condición final el adelanto de elecciones y el régimen cerró esa posibilidad argumentando que solo negociarían “en el marco de la Constitución”.
El 28 de marzo, finalmente los negociadores publicaron un acuerdo general que incluía la liberación de los presos políticos, en un plazo de 90 días; el retorno de los exiliados, la devolución de las personerías jurídicas de las organizaciones no gubernamentales que habían sido descabezadas, la devolución de los medios de comunicación confiscados y la anulación de la prohibición al derecho constitucional a la libre movilización y expresión.
Los interlocutores que Ortega desea
En las últimas semanas, y en una clara intención de no volver a sentarse con la Alianza Cívica, los voceros del orteguismo han intentando validar a nuevos dialogantes, para, según dicen, aprobar una reforma electoral, pero solo con partidos políticos, es decir, las mismas instituciones que le han hecho el juego en los fraudes electorales y que han inscrito a muertos y migrantes como candidatos en los últimos procesos electorales.
Sería que lo pidan de rodillas, o un milagro a Santo Domingo.
Para que piden dialogo o negociación, si después se retiran como niños malcriados cuando no le dan un dulce; piden dialogo o negociación y piden sanciones, o piden paro en medio de negociación; o esperan suspensión de Nicaragua en la OEA para que les de oxígeno; eso se llama negociar de mala fe, no han calculado bien sus movimientos, no se si será, falta de pericia política, mal asesoramiento, inmadurez política, mal manejo de los tiempos para negociar, ya que en política el manejo de los tiempos es clave, además en una negociación se cede y se recibe, no todo es recibir o ceder, al final la ACJD ha quedado como un club social.
No habrá impunidad la justicia debe relucir y tú dictador y toda tu familia y vos Héctor tendrán que enfrentar la justicia, como todos los encapuchados Asesinos Criminales Genocidas de Lesa Humanidad. Habrá justicia Héctor y te darán que pagar por todos sus crímenes. Mañana irán muchos borregos a adular a los asesinos y criminales de sus amos. Otro tanto ira obligado porque los asesinos y criminales no tienen pueblo y están jugando con fuego. Cuidado de queman Héctor, cuidado que estamos sentados en una holla de presión.
PARO NACIONAL INDEFINIDO YA!!! PARO NACIONAL INDEFINIDO YA!!! PARO NACIONAL INDEFINIDO YA!!! No hay que oxígenar a los asesinos y criminales.
Señor Juliano, no veo ningún argumento válido que refute lo que dige, siempre pone lo mismo, “asesino, borrego, criminales, sapo, etc, ahh y paro”, de allí no pasan sus argumentos, ahora se quiere convertir en juez para juzgar a todo el mundo, por favor, para usted el que no piense como usted es un asesino que será juzgado, ya es hora que piense mejor sus llamados argumentos, por salud y sanidad. Saludos