El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) condenó la «audiencia ilegal» contra monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa y administrador de la Diócesis de Estelí, a quien la Fiscalía orteguista acusa por los supuestos delitos de conspiración para cometer menoscabo a la Integridad Nacional y propagación de noticias falsas.
A través de su cuenta de Twitter, el organismo también denunció que en las imágenes difundidas por los medios oficialistas se logra observar el deterioro físico del jerarca de la Iglesia católica nicaragüense. Monseñor Álvarez luce pálido y bajo de peso.
El Poder Judicial, controlado por el oficialismo, oficializó este martes la acusación en contra del obispo. En la misma causa la dictadura acusó al padre Uriel Vallejos, párroco de la Iglesia Divina Misericordia, ubicada en Sébaco.
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Según la comunicación oficial, a monseñor Álvarez le decretaron arresto domiciliar y contra el padre Vallejos ordenan su captura y circular por la interpol.
Ante esta situación, el Cenidh exhortó a los líderes de la Iglesia católica, en especial al cardenal Leopoldo Brenes, «a que expresen su posición respecto a estos hechos criminales del régimen».
Además, «exigimos la libertad inmediata de monseñor Rolando Álvarez, su vida está en riesgo, llamamos a todos los organismos de protección de DD. HHI y a la comunidad internacional a elevar sus demandas y emplear todos sus esfuerzos. No más persecución contra la Iglesia católica».
Monseñor Rolando Álvarez fue sacado por la fuerza la madrugada del viernes, 19 de agosto, por agentes policiales del palacio episcopal provincial junto con cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo, después de haber estado 15 días confinados.
La Policía al servicio de la dictadura acusó en ese momento al alto jerarca de intentar «organizar grupos violentos», supuestamente «con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales».