La criminalización de las protestas continúa en Nicaragua. La Policía orteguista presentó al líder campesino Freddy Navas, de 54 años, como uno de los autores del ataque a la estación policial de Morrito, en Río San Juan, donde resultaron muertos cuatro policías y un civil.
Navas fue secuestrado en su casa el 17 de noviembre por policías vestidos de civil. Este campesino es uno de los seis líderes del Movimiento Campesino anticanal que desde hace cinco años han plantado cara a la dictadura de Daniel Ortega realizando casi 100 marchas en repudio a la Ley 840 o ley canalera.
El dirigente de Rivas es acusado exactamente de los mismos delitos por los que recientemente fue acusado el también líder campesino Lener Fonseca, entre los que le imputan: asesinato, crimen organizado, secuestro; lesiones graves, y levantamiento de tranques.
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«El 20 de abril de 2018, Freddy junto a otros delincuentes atacaron el Instituto de Seguridad Social, INSS, en Nueva Guinea, lanzaron piedra y disparos y moteros lesionando de gravedad a varios policías y trabajadores, el 12 de julio de 2018 financió y organizó tranques en Morrito y en el Empalme de Lóvago», aseguró el comisionado Farle Roa Traña, segundo jefe de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ).
Más presos políticos
La Policía orteguista también presentó al joven Franklin Olivas Avilés, quien es originario de Jinotega y al cual acusan de los mismos delitos de crimen organizado, secuestros y torturas, pero esta vez en Jinotega.
El comisionado Farle Roa señaló que a Olivas le encontraron un arsenal compuesto de varias armas cortas, 3 escopetas, un fusil AK-47, 38 cartuchos de AK, varios lanza morteros y municiones de escopeta.