El excarcelado político Donald Alvarenga se recupera exitosamente de un trasplante de riñón en un hospital de Miami, Florida, luego de un año de espera en la lista de candidatos a recibir un trasplante de órganos. Alvarenga fue uno de los 222 excarcelados desterrados en febrero de 2023 por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo y llegó a Estados Unidos con su riñones funcionando solo en un 50%.
«Esto es un milagro solo puede ser una obra de Dios», expresó Alvarenga quien cuenta que cuando se encontraba detenido hizo un «pacto con Dios» que si le permitía salir de la prisión y recibir una donación de órgano además de liberar a Nicaragua del régimen orteguista, él se comprometía a dar testimonio sobre su vida.
El nicaragüense de 56 años cuenta que recibió una llamada el martes pasado en donde le daban la noticia de que había un donador de órganos disponible para él, que si lo deseaba tomar, él respondió de manera inmediata que sí. Luego de presentarse en el hospital Jackson Memorial Hospital de Miami este fue operado por cuatro horas con éxito.

Actualmente, Alvarenga se recupera de su trasplante; sin embargo, desde el hospital continúa trabajando de manera virtual y afirma que si desean apoyarlo (quienes están en Estados Unidos) pueden contactarlo para asesorarlos en el tema de impuestos al número (301) 756-6735, de esa manera contribuirían a mantener su puesto laboral.
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El opositor, al igual que el resto del grupo de los 222, fue beneficiado luego de su llegada a Estados Unidos con el seguro médico Blue Floride que pagó el costo total de los gastos de operación y tratamiento de diálisis que recibía en Miami. Fue incluido en la lista de espera de donantes de órganos de riñón en marzo de 2024, gracias a la colaboración de una trabajadora social que se enfocó en el caso del nicaragüense.
Detenido y delicado de salud
Alvarenga Mendoza, de 56 años y originario de Chichigalpa, fue arrestado el 6 de noviembre de 2021, durante una redada que realizó la policía sandinista días antes de realizarse el fraude electoral montado por los Ortega-Murillo. La fiscalía controlada por la dictadura acusó al opositor de cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas, a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.
Se convirtió en el primer preso político en ser condenado bajo la acusación de «ciber delitos». Además, la jueza aplicó los cargos de «subversión, desobediencia y rebeldía al nivel de la conspiración para afectar la integridad nacional» por lo que fue sentenciado a 12 años de prisión. Pasó 15 meses detenido en las mazmorras de la dictadura.
Al momento de su detención, Alvarenga Mendoza sufría de insuficiencia renal crónica, la que se empeoró debido a que el régimen le negó el tratamiento médico adecuado. Tras ser liberado y desterrado a Washington, Alvarenga tenía sus riñones funcionando en un quince por ciento, por lo que el trasplante era la única solución.