A seis días del ocho de diciembre, fecha de la celebración de la Inmaculada Concepción de María, el papa Francisco, el máximo líder de la Iglesia católica, dirigió una carta pastoral «al pueblo de Dios que peregrina en Nicaragua».
En la misiva con fecha de este lunes, dos de diciembre, el sumo pontífice reafirma su cariño hacia la nación centroamericana, que en los últimos años ha enfrentado una creciente persecución a la Iglesia.
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Los líderes católicos nicaragüenses sufren ataques dirigidos desde el Estado que han desencadenado en encarcelamientos arbitrarios, profanaciones, acusaciones por supuesto lavado de dinero, destierros, planes para asesinarlos, exilio y hasta desnacionalizaciones.
Francisco destacó la importancia de la fe y la esperanza en tiempos difíciles, recordando que «la Providencia amorosa del Señor nos acompaña y es la única guía segura. Precisamente en los momentos más difíciles, donde humanamente se vuelve imposible poder entender lo que Dios quiere de nosotros, estamos llamados a no dudar de su cuidado y misericordia».
En un contexto donde la feligresía ha sufrido represalias por su devoción, el papa instó a los nicaragüenses a no dudar del cuidado y la misericordia de Dios, afirmando que «la filial confianza que tienen en Él y su fidelidad a la Iglesia son los dos grandes faros que iluminan su existencia» .
Francisco también hizo hincapié en el papel de la Virgen Inmaculada como símbolo de esperanza y consuelo.
«Miremos a la Virgen Inmaculada, ella es el testimonio luminoso de esa confianza», expresó, remarcando que los nicaragüenses han experimentado su amparo materno en momentos de necesidad.
La carta del papa llega en un momento crítico para la Iglesia en Nicaragua, donde los operadores políticos de Daniel Ortega y Rosario Murillo han intensificado la represión contra sus líderes religiosos y contra los que se denominan católicos.
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A pesar de este contexto hostil, el papa Francisco alentó a los fieles a mantener su devoción, señalando que «la Madre de Dios no cesa de interceder por ustedes».
El mensaje concluyó con una oración por la paz y la esperanza, en la que pidió que «la gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y la paz de nuestro Redentor».
Los datos de la persecución
El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más destaca que la represión de la dictadura se demuestra con la prohibición de congregaciones y expulsión de sus integrantes como los Frailes Menores Capuchinos, las Hermanas Carmelitas del Divino Corazón de Jesús, los monjes y monjas agustinos, las Misioneras Mercedarias de Bérriz, la Asociación de Hermanas Trapenses, y los Hermanos de la Caridad.
La tiranía ha despojado de su nacionalidad a 35 personas religiosas. Ha desterrado 63 religiosos. Asimismo, el organismo ha documentado en los últimos meses 14 casos de víctimas de detención arbitraria, siete personas laicas y siete religiosas, todas víctimas de torturas.
La organización defensora ha contabilizado la confiscación e ilegalización de al menos 1200 ONG religiosas, así como medios de comunicación relacionados a las iglesias católica y evangélica clausurados y también confiscados.