Las dictaduras de Nicaragua y Venezuela fueron vetadas para formar parte de los BRICS luego de que Brasil (uno de los miembros principales) se opusiera al ingreso de los regímenes de Daniel Ortega y Nicolás Maduro a los que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ya ha dejado claro su rechazo.
Según el medio brasileño TV Globo, el gobierno de Lula ejerció presión sobre los países miembros, entre ellos Rusia, para que Nicaragua y Venezuela no fueran incluidos en la lista. Aunque el veto no fue formal, según las fuentes, el gobierno de Putin está consiente de los roces entre Lula y los dictadores Ortega y Maduro, a quienes ha condenado y acusado de regímenes dictatoriales.
Por Nicaragua asistió el recién nombrado canciller Valdrack Jaentschke, quien juntó a una comitiva en Rusia intentó convencer a los miembros fundadores del BRICS de la incorporación de Managua en el bloque económico y político; sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano, ya que Nicaragua no fue tomada en cuenta dentro de los países aspirantes a formar parte del bloque que lidera Rusia.
Según opositores nicaragüenses, Ortega intentaba formar parte de los BRICS para acceder a préstamos de su banco y financiar proyectos de la dictadura que hasta el momento se encuentra sancionada por Estados Unidos y el bloque europeo, por lo que no tiene acceso a financiamiento de préstamos en bancos internacionales dolarizados.
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Nicolás Maduro, que realizó su primer viaje luego del fraude electoral montado en Venezuela, se reunió con algunos países miembros; sin embargo, no fue recibido por la comitiva que representaba a Lula, encabezada por su asesor Celso Amorín. Lula canceló su asistencia a la cumbre en Rusia debido a un accidente doméstico.
«Hay que tener una concepción estratégica de las admisiones. Recuerden que el mundo está viviendo guerras con el potencial de convertirse en guerras mundiales. Así que los criterios de admisión son más importantes que el propio país», manifestó Amorín justificando el rechazo al que fueron sometidos los regímenes de Nicaragua y Venezuela.
Ortega y Lula protagonizaron un espectáculo de «dimes y diretes» luego de que el dictador sandinista rompiera relaciones diplomáticas con Brasil en agosto pasado luego que el embajador de Brasil no asistió a la celebración del 19 de julio. Ortega llamó a Lula «arrastrado» del imperio, a lo que su homólogo respondió expulsando a la embajadora de Nicaragua en Brasilia.
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Los BRICS (siglas de los países miembros fundadores) están conformados por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. El bloque económico surge como paralelo al G7 y está conformado por países con economías emergentes y a ellos se les han sumado Egipto, Etiopía, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.
Entre los países que aspiraban formar parte de la lista, además de Nicaragua y Venezuela, estaban Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajstán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam.
Ni el dictador venezolano, Nicolás Maduro, ni el canciller de Nicaragua, Valdrack Jaentschke, participaron de la reunión oficial y mucho menos fueron invitados a la fotografía oficial del evento y claramente es más importante la opinión de Brasil dentro del bloque que el servilismo que presenta Ortega y Maduro ante los regímenes de Vladimir Putin y Xi Jinping.