El dictador Daniel Ortega y la vicedictadora Rosario Murillo decidieron «congelar las vacantes y nueva contratación» del personal del sector público a partir de este siete de agosto, según una circular del Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP), firmada por el ministro Bruno Gallardo.
«Quedan congeladas todas las plazas vacantes y nueva contratación de personal a partir del 07 de agosto de 2024 de todas las nóminas de las entidades y organismos del sector público integrado en el Sistema de Nómina Fiscal, así como las que se encuentran fuera de este», ordena la circular en el primero de los tres lineamientos orientados por el dictador en relación a la «contratación de personal».
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La misiva fue enviada a los encargados de «los poderes del Estado de Nicaragua, instituciones financieras y empresas del Estado, entes descentralizados y órganos autónomos», todos controlados por la dictadura Ortega-Murillo.
Autorización de Ortega en cada contratación
Ortega además orienta que «cuando sea necesario contratar nuevo personal», todos, sin excepción, deberán «remitir solicitud fundada» y «acompañada con la documentación conforme a marco normativo», a través de la Dirección General de Función Pública del MHCP.
El Ministerio de Hacienda, según el documento, será el que «gestionará la autorización con la Presidencia de la República».
«Se podrá solicitar contratación de personal, con la debida documentación del marco normativo, aquellas solicitudes que cuenten con la debida autorización de Presidencia de la República», remarca la circular firmada por el titular de Hacienda y Crédito Público.
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Además, prohíbe a todas las entidades del sector público «crear nuevas plazas que no cumplan con los procedimientos» antes mencionados.
La nueva disposición, que otorga más poderes al dictador Ortega, que ahora decidirá no solo quién sale sino quién entra a todas las entidades del sector público, ocurre en un contexto en el que el orteguismo impulsa una purga en todos los ministerios, alcaldías e incluso el personal más cercano a la familia dictatorial.
Una de las más recientes purgas en el círculo más cercano fue la baja deshonrosa y juicio que le recetaron al comisionado general Alberto Acuña Avilés, ahora exjefe de escoltas de Ortega, que sirvió al régimen por más de 20 años.