Tras sus intempestiva salida de la Presidencia del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Dante Mossi se había relegado a publicar sus «comentarios» y críticas en su cuenta de X, pero su guarida ya se amplió y encontró una caja de resonancia en el estatal Canal 6 de Nicaragua.
Es precisamente este país, dirigido con mano de hierro por Daniel Ortega y Rosario Murillo, la nación que más préstamos recibió durante Mossi fue presidente del BCIE. Hasta se ganó el mote de «banquero de los dictadores».
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El debut de Mossi en Centroamérica, ya sin su cargo en la entidad bancaria, fue para derretirse en elogios a la pareja dictatorial nicaragüense y arremeter contra la nueva presidenta del BCIE. Mossi no ha superado su salida del banco y demandó al organismo por más de dos millones de dólares, por supuesto «daño moral».
Mossi justificó que Nicaragua «ejecutaba bien» y «en orden» los préstamos que eran aprobados por el BCIE. Además, recordó que no era él como presidente el que daba luz verde a los financiamientos; sino que eran los directivos de los países miembros los que decidían sobre la concesión o no de los desembolsos.
«Hay otros países que quieren muchos préstamos, pero no les desembolsan nada porque tienen problemas para ejecutar los proyectos», se defendió Mossi ante las acusaciones en redes sociales y que en muchas ocasiones contesta.
El exfuncionario de la entidad regional aseguró que el financiamiento del BCIE «ha tenido un impacto en la vida de los nicaragüenses», alabando a ejecución de los proyectos que desarrolló la dictadura de Managua con los fondos asignados, aunque asegura que esto «no va a resolver todos los problemas».
En la entrevista Mossi dijo que propuso a los ministros de Hacienda de los países miembros una política de acceso a la información y que esa publicación de los detalles del financiamiento lo hizo «sujeto de críticas», aunque recibió el apoyo de los Estados que conforman el BCIE.
«En la medida que uno publica más información, uno se hace más sujeto de críticas. Una forma de reducir la crítica es no publicar nada de lo que hago, eso es en contrasentido de lo que es un banco público. Tengo comentarios en redes sociales muy soeces, sin fundamentos. Yo creo que se deben a esa transparencia. Transparencia que hoy ha dejado de existir», se defendió.
Ataca a la nueva presidenta
El expresidente del BCIE afirmó que en el último año, tras su salida, han habido «retrocesos significativos» en el tema de transparencia y culpó a la nueva presidenta del banco de ello.
Mossi manifestó que el BCIE es apolítico, pero que la nueva presidenta en discursos está imponiendo «mensajes políticos muy propios de Costa Rica», el país de origen de la actual titular del banco.
También manifestó que Nicaragua fue de los países fundadores que apoyó la capitalización del BCIE al adelantar sus pagos de capital. Según Mossi, el régimen de Ortega «valora los servicios financieros que el BCIE le da».
Además, recomendó a los gobernadores del BCIE que «marquen la cancha» (supervisen a la presidenta) para que el banco «se maneje de la mejor manera posible», porque, si esto no sucede «el banco no va a poder atender las necesidades de los países».
El expresidente del banco acusó a la nueva presidenta de desmantelar la unidad que realiza proyectos estructurados del BCIE. Para «eliminar» dicho departamento habría recurrido a despedir a un número significativo de funcionarios de la entidad, que sumarían cerca de 70.
Durante toda su gestión fue criticado por ser uno de los principales sostenes de la dictadura de Ortega, ya que dio un aproximado de 3,513 millones de dólares al régimen de Managua, en medio de acusaciones contra el gobierno sandinista por la comisión de crímenes de lesa humanidad.