La Asamblea Nacional, controlada en su totalidad por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, presentó una iniciativa para la aprobación de un préstamo por 492,320,000 yuanes (aproximadamente 69,230,776.88 dólares) con la empresa China Communications Construction Company Limited (CCCC), destinado al diseño, suministro y construcción de una planta de energía solar fotovoltaica.
Este proyecto llamado «El Hato» estará ubicado en Ciudad Darío, departamento de Matagalpa, y abarcará una superficie de aproximadamente 110 hectáreas. Su objetivo principal es «incrementar la capacidad de generación eléctrica a partir de fuentes renovables», según la justificación oficial.
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De acuerdo con la propuesta legal, la planta tendrá una capacidad instalada de 67,35 megavatios, una capacidad efectiva de 60 megavatios y generará aproximadamente 145,18 giga watts anuales de «energía limpia».
El acuerdo, firmado el pasado ocho de mayo, establece como condiciones financieras un plazo de 10 años para pagar la deuda, un período de gracia de 1,5 años, una tasa de interés con margen de 1%, más el LPR aplicable y una comisión inicial de 1,3%, apertura de 0.5%, agencia de 550 mil yuanes (77,341.82 dólares) anuales y un compromiso del 0.6% del monto no desembolsado.
El régimen orteguista justifica la nueva «jarana» para el país con el argumento de que la planta ayudará a «reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuirá la dependencia de importaciones de energía eléctrica». El proyecto pretende beneficiar directamente a 606,643 personas (299,709 hombres y 306,934 mujeres).
«El Gobierno sigue sumando esfuerzos en pro del desarrollo económico y social, manteniendo la tarifa del consumidor final estable, considerando que el sector energía es un elemento clave en las estrategias de desarrollo sostenible del país, ya que es un motor de crecimiento económico, contribuyendo a la reducción de la pobreza», detalla la fundamentación de la iniciativa.
Entre los supuestos beneficios de este proyecto figuran «un cambio de matriz energética que incrementará la producción de energía renovable, la generación de empleos permanentes y temporales durante la construcción e instalación y un mayor aprovechamiento de recursos naturales autóctonos de manera sostenible».
La aplanadora sandinista deberá aprobar el acuerdo de facilidad de crédito para permitir la ejecución del proyecto, que estará bajo la gestión del Ministerio de Energía y Minas (MEM). Una vez aprobado, el decreto entrará en vigencia inmediatamente tras su publicación en La Gaceta, Diario Oficial.
«Proyecto histórico»
La planta solar «El Hato» es un proyecto conjunto entre la dictadura orteguista y la China comunista que se estableció a finales del año pasado. El «hijo predilecto» de la pareja dictatorial y asesor presidencial para la Promoción de Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional, Laureano Ortega Murillo, se unió en forma virtual a la firma del contrato.
«Estos son momentos históricos y extraordinarios para el país, en el marco del desarrollo de relación de hermandad entre Nicaragua y China», indicó Ortega Murillo. La empresa china construirá otra planta con capacidad de 63 megavatios y con una inversión de 82 millones de dólares, en San Isidro, Matagalpa, según un contrato firmado en el 2023.
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Por su parte, el presidente de CCCC, Wang Tongzhou, indicó que aumentarán sus inversiones en el país centroamericano para «aprovechar al máximo nuestra competitividad en infraestructura y hacer más aporte a la amistad entre China y Nicaragua».
En 2021, Nicaragua estableció relaciones diplomáticas con China después de romper con Taiwán, considerada por Pekín como un territorio propio, cuyo control debe retomar, incluso por la fuerza de ser necesario. Desde entonces, el gigante asiáticos ha ofrecido al régimen nicaragüense iniciativas que van desde concesiones mineras hasta centros de exploración espacial.
Nicaragua está así desde que el peor presidente de Estados Unidos, James Carter, entrego junto con familia Chamorro y unos más el país a Unos comunistas criollos con hambre de poder y ansias de dinero.
Hoy los chamorros y otras más ya no son del agrado de Rosario Murillo y están exiliados.
Es la triste historia de Nicaragua.
Somoza se los advirtió, que Nicaragua estaría muy muy mal bajo los que hoy se llaman Sedinistas.
Sandino moriría otra vez si ve como está Nicaragua .
Ojo con China, estos son peores que los gringos, ya lo veran
Nicaragua se nos fue de las manos, nuestra generacion y las proximas 5 estan endeudadas desde ya🥴