«¿Dónde está el señor del coro de la Iglesia?», fue la pregunta que hicieron los oficiales de la Policía Nacional al momento de detener a Santos Julio Sevilla Rivera, de 55 años. El hombre, que sufre una discapacidad, era parte del coro de la Parroquia San Francisco de Asís de Estelí desde hace 26 años y colaboraba como mensajero de Cáritas en ese departamento.
Sevilla Rivera fue capturado por agentes del orden el 20 de mayo de 2023, en una guerra sin cuartel que el régimen de Daniel Ortega y Murillo ha emprendido contra la Iglesia católica nicaragüense desde el inicio de las protestas sociales en Nicaragua en abril de 2018.
La abogada Martha Patricia Molina, investigadora y autora del informe «Nicaragua, una Iglesia perseguida», denunció que el reo político «está perdiendo la visión en prisión».
Sevilla tenía 23 años de trabajar como mensajero en Cáritas Estelí. Fue sometido a un juicio injusto y arbitrario el 21 de diciembre de 2023 y condenado a seis años de prisión por supuesto lavado de dinero.
«Su juicio fue a puerta cerrada y sin respetar las garantías del debido proceso. Nunca le permitieron abogado de su confianza. Su secuestro fue clara venganza de la dictadura sandinista porque don Julio era colaborador de monseñor Rolando Álvarez», denunció Molina en su cuenta de X.
El régimen de Ortega inició una «investigación» por supuesto lavado de dinero contra las Diócesis que conforman la Provincia Eclesiástica de Nicaragua. De dicho proceso legal no se supo nada más; si hubo avances o el caso fue archivado, pero tres personas en Estelí fueron enjuiciadas y condenadas.
La personalidad jurídica de la Asociación Cáritas Diocesana de Estelí fue cancelada el 2 de febrero de 2022, junto a tres organizaciones ligadas a las Diócesis de Estelí y cinco universidades privadas de Nicaragua.