La vicedictadora de Nicaragua y vocera gubernamental, Rosario Murillo, dejó ver su temor a que la población exprese su rechazo a la dictadura y la desconfianza que le tienen, cerrándole las puertas a los encuestadores el Censo Nacional y para evitarlo trató de endulzarles el oído a los nicaragüense insinuando que el Censo es para darles casas.
Durante su monólogo diario, de este martes 30 de abril, a través de sus medios de propaganda, Murillo, que acostumbra imponer órdenes y no tolera cuestionamientos, esta vez insistió en la «invitación» a los nicaragüenses a participar en el censo contestando los «cuestionarios» que harán los encuestadores, porque, según dijo, son «para seguir cambiando Nicaragua».
La preocupación de Murillo porque el censo organizado por su régimen sea rechazado, la llevó incluso a suavizar su tono, trató de sonar dulce al «invitar» a los nicaragüenses a contestar las preguntas «sobre quiénes habitan, cómo habitan», y hasta insinuó que la encuesta es para darles casas.
Noticia relacionada: Censo Nacional, que inicia esta semana, podría ser utilizado con fines políticos y de represión, advierten analistas
«Recordemos que estamos trabajando cantidad de programas y proyectos de vivienda. A diario se entregan casas para vivir tranquilo, vivir seguros, a centenares de familia, a diario, estamos hablando a diario», insistió la vocera del régimen, tras repetirle a la gente: «Invitamos a participar, a responder los cuestionarios, que participe en el censo».
El régimen de Daniel Ortega no ha realizado ningún censo de población y vivienda en los más de 17 años que lleva en el poder. Es decir, la administración pública en Nicaragua se ha planificado al cálculo, porque no hay datos demográficos actualizados desde hace 19 años.
El último censo oficial realizado en el país fue el VIII Censo de Población y IV de Vivienda 2005, realizado durante el período presidencial del ingeniero Enrique Bolaños (QDEP), cuando, según los datos obtenidos, vivían en Nicaragua 5 millones 483 mil ciudadanos y la densidad poblacional era de 42 habitantes por kilómetro cuadrado. Según las Naciones Unidas, para ese año solo el 0.64% de la población eran migrantes.
Noticia relacionada: Rosario Murillo anuncia un censo poblacional para el 2024
Analistas políticos y sociólogos han calculado que, tras el inicio de la represión en 2018 y la crisis política del país, podrían haberse ido de Nicaragua, entre exiliados políticos y migrantes económicos, cerca de un millón de personas, lo que representaría más del 12% de la población total.
A partir de este martes, el Instituto Nicaragüense de Información de Desarrollo (Inide), envió a las calles a más de 8 mil encuestadores o empadronadores, los que tienen la misión de recabar toda la información demográfica, que incluye, nombres y apellidos de cada poblador, dirección exacta, número de integrantes de la familia, edad, número de hijos, nivel escolar de cada uno, fallecidos de cada núcleo familiar; si trabaja, en qué y dónde; quiénes se han ido del país, de que viven, etc.
Analistas y dirigentes opositores consultados por Artículo 66 han expresado su desconfianza en que la dictadura manipule los datos obtenidos en el censo y los utilice para recrudecer la represión.