El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo difundió una nota de prensa para expresar su «firme», «enérgico» y «contundente» rechazo a las acusaciones de cibercampañas y ataques cibernéticos que Estados Unidos, Nueva Zelanda y Reino Unido realizan, según el gobierno sandinista, «infundadamente» contra la República Popular China, su aliado desde diciembre de 2021.
El informe, publicado en los medios de comunicación oficialistas, destaca que el régimen nicaragüense «conoce el lenguaje y las modalidades agresivas de los imperios del mundo», ya que «lo han vivido en carne propia».
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«Sabemos que esas agresiones y campañas innobles responden al afán reiterado de dominio de un mundo que no les pertenece, porque somos una comunidad humana de pueblos inteligentes, creativos, cultos y libres», añade el comunicado, difundido el viernes, 29 de marzo.
La pareja dictatorial afirma que «son continuos los asaltos verbales de los imperialistas de la tierra contra el pueblo y gobierno de China, liderado por Xi Jinping, que con sus avances admirables en todos los campos de la ciencia y cultura solo ponen en evidencia el rezago cultural y tecnológico como suprema debilidad de quienes se preocupan y ocupan más de buscar el dominio de un mundo que, como la historia ha demostrado, ni les pertenece, ni pueden dominar».
Elogios a China
De igual manera, la dictadura orteguista reiteró en el comunicado diversos elogios al país asiático, con quien ha establecido relaciones diplomáticas, préstamos, tratados de libre comercio, intercambios culturales y hasta un proyecto sobre una Estación Espacial Lunar.
«China, con su modelo social, económico, de justicia, desarrollo, solidaridad internacional, equidad y bienestar, representa un ejemplo de lo que puede y debe ser un mundo de estabilidad en todos los campos, a partir del respeto y la incondicionalidad en los vínculos de hermandad para el bien común, la alegría y la prosperidad humana», detalla el informe.
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«Nos sentimos contentos de trabajar juntos por esa comunidad de futuro compartido, en paz, bienestar y alegría, reconociendo en China las elevadas expresiones de verdadero humanismo y salvaguarda de la paz, la tranquilidad, la estabilidad y el cariño fraternal, entre los pueblos y gobiernos», aseguró el Estado sandinista.
La nota reitera el rechazo a la «injerencia interesada, envidiosa y extrema de los imperialistas de la tierra, que solo destruyen y no aportan nada al bienestar que nuestros pueblos, que como creadores y dueños de las riquezas del planeta, merecemos».

Múltiples ataques del «gigante de Asia»
De acuerdo con el medio de comunicación internacional France 24, el pasado 25 de marzo, Lisa Monaco, la fiscal general del presidente Joe Biden, expuso una «prolífica operación global de hackeo de 14 años, para ayudar a los objetivos de espionaje económico e inteligencia extranjera de China».
La funcionaria destacó que la campaña cibernética incluyó el envío de más de 10 mil correos electrónicos a empresas estadounidenses, políticos, aspirantes a cargos públicos y periodistas.
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Manaco identificó a la unidad conocida como APT31 como responsable de los ataques, describiéndola como «un programa de ciberespionaje manejado por el Ministerio de Seguridad Estatal chino, ubicado en la ciudad central de Wuhan».
Horas después, el Reino Unido denunció que entre 2021 y 2022, APT31 accedió a las cuentas de legisladores británicos, muchos de los cuales eran críticos del país asiático. El viceprimer ministro británico, Oliver Dowden, también acusó a «una entidad afiliada a China» de «transgredir» la Oficina Electoral del país, a pocos meses de las elecciones generales.

Sin embargo, Dowden aseguró que los ataques cibernéticos fueron «bloqueados» y «no afectarán el proceso electoral». Posteriormente, Londres impuso sanciones a dos personas y una empresa relacionadas con APT31, ya que «el gobierno británico no tolerará actividades amenazantes y seguirá tomando medidas fuertes con sus socios del mundo entero para responder a ellas».
Un día después, el 26 de marzo, Nueva Zelanda informó que su Oficina de Asesoría Parlamentaria, encargada de redactar y publicar leyes, también fue objeto de intrusiones por parte del mismo grupo chino.
El ministro de Relaciones Exteriores de ese país, Winston Peters, instruyó a los diplomáticos a «hablar con el embajador chino para expresar nuestra postura y nuestras preocupaciones».