Tras anunciar que su documental donde retrataba la situación sociopolítica de Nicaragua fue «tumbado» de YouTube, el creador de contenido venezolano Óscar Alejandro Pérez Martínez publicó la noche de este lunes, 11 de marzo, un vídeo para explicar de qué manera los troles de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo denunciaron su vídeo y lograron eliminarlo de la plataforma.
El youtuber relató que, hace dos días, recibió un correo donde le notificaron que se eliminó el vídeo porque YouTube «recibió una solicitud de eliminación por el incumplimiento de los derechos de autor», por parte del canal Juventud Presidente (JP+), perteneciente a la dictadura nicaragüense.
«Yo le doy a mi editor todas las indicaciones de dónde van las imágenes que grabo con mi propia cámara y cuando vamos a narrar hechos históricos como, por ejemplo, la llegada de Daniel Ortega al poder son imágenes de archivo que las bajamos de YouTube», explicó.
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Aunque el procedimiento correcto para utilizar recursos audiovisuales en vídeos propios es escribirle a los dueños y pedirles autorización, Pérez explicó que en el «Derecho Internacional de Protección de Contenido existe el Fair Use (Derecho Justo) que permite utilizar un fragmento de 10 a 15 segundos en los que no se utilice el audio, solo el video».
Sin embargo, el creador de contenido reconoce que la eliminación de su vídeo sobre Nicaragua fue una «falla grupal». «Si todos hubiésemos estado claros que es JP+, a mí se me hubieran encendido las alarmas y le hubiese dicho a mi equipo de edición: ‘Hey, cambia eso porque estás utilizando imágenes de un canal pro gobierno de Daniel Ortega. A esa gente le va a molestar que utilicemos sus vídeos para hacer los nuestros’», comentó el influencer.
«Siento que a mi equipo de edición le faltó un poco más de criterio en fijarse de dónde estaban bajando el vídeo, porque, claramente, el vídeo se llama ‘Daniel Ortega: Defensor de la Soberanía de Nicaragua’ y nosotros estábamos utilizando las imágenes precisamente para denunciar que Daniel Ortega es un dictador. No sabía que era JP+ y lo único en que me fijé fue que me gustaron las imágenes porque van acordes a la narración», agregó el venezolano.
Es una injusticia
No obstante, Pérez considera que esta situación «es una injusticia» por parte de la plataforma estadounidense, ya que su vídeo duró aproximadamente 43 minutos y solamente agregó 20 segundos de imágenes no autorizadas y sin sonido. «A mí me parece que el correcto proceder de YouTube es notificarme que un canal está denunciando que utilicé imágenes sin permiso y que al menos la solución sea censurar las imágenes y no mostrar más nunca ese extracto».
A pesar de que el vídeo fue bien recibido en la comunidad nicaragüense y había alcanzado miles de vistas en sus primeras 24 horas de publicación, lo que más le importa al youtuber es que esta acción contra su contenido «es la ratificación de que en Nicaragua no hay libertad de expresión».
«Cualquier persona que quiera opinar, criticar o decir libremente lo que piensa, no puede. Por eso es que hay muchísimo miedo entre todas las personas que viven dentro del territorio nacional», lamenta el youtuber. «Hay tantos periodistas que están en el exilio y en el país no hay noticieros, ni programas de opinión. Tenemos que ser extranjeros quienes denunciemos que en Nicaragua hay un régimen opresor que no deja a la gente vivir en libertad», añadió.
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Aunque el influencer sintió «paz» durante su visita en Nicaragua, asegura que esa sensación «no es real». «Hay un control absoluto de que las cosas están tranquilas. Si tú te atreves a pensar diferente, vas preso o te obligan a salir del país».
Pérez comentó que la realidad del país centroamericano «es muy lamentable» y que, además, «me duele muchísimo y me siento completamente identificado por lo que vive el pueblo nicaragüense», en referencia a que Venezuela, su país de origen, también está bajo el control del régimen autoritario de Nicolás Maduro.
El youtuber afirmó que nuevamente subirá el vídeo a la plataforma, esta vez con el cuidado de no agregar más contenido de medios oficialistas. Invitó a que todas las personas lo apoyaran y difundieran como el símbolo de una «lucha para que Nicaragua recupere su libertad y podamos ver a ese país próspero con una economía sólida, donde la gente que pueda expresarse libremente y todos realmente felices en el hermoso país de los volcanes y lagos».
El fallo de Migración
A inicios de febrero de este año, Pérez aterrizó en el Aeropuerto Internacional Augusto Sandino donde logró pasar el protocolo de seguridad de las autoridades migratorias del régimen. «No me preguntaron absolutamente nada, pero al salir de las instalaciones y montarse en el taxi se le acercaron dos policías que me preguntaron si era extranjero y por qué estaba grabando en el aeropuerto», expresó el influencer, en el vídeo que fue eliminado.
Los agentes policiales le pidieron que mostrara su identificación y sus respectivas redes sociales oficiales y, al igual que con su equipaje y equipo de grabación, le tomaron fotografías a todo. «Fue ahí cuando entendí que durante mi estancia en el país estaría siendo monitoreado. Ante cualquier cosa que pudiera mostrar en mis historias de Instagram, podrían llegar al hotel y meterme preso», aseguró.
Sin embargo, una fuente que trabaja en la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) reveló al diario La Prensa los verdaderos motivos por los cuales el youtuber venezolano sobrevivió a las controladas revisiones que el régimen orteguista realiza a los extranjeros que tienen intenciones de criticar y exponer su forma de gobierno.
El error costó la suspensión del inspector de la institución migratoria. De acuerdo a la fuente, también «mandaron de vacaciones» al subdirector de Migración y Extranjería del Aeropuerto, Miguel de la Llana.
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«Migración de Nicaragua tiene a los países clasificados en tres tipos de categoría. Los países del Norte (Canadá y Estados Unidos), Europa, Centroamérica y algunos de América del Sur (Argentina y Brasil) son categoría A y, a excepción de los CA-4, pagan 10 dólares para entrar», explicó la fuente.
Mientras que en la categoría B figuran países como Colombia, Perú y Bolivia. El informante señaló que las personas que arriban de esos países «deben traer una visa fronteriza o pagarla acá en la taquilla por un valor de 50 dólares, sumados a los 10 dólares de turismo que son para todo pasaporte, menos el nica», agregó.
Por último, en la categoría C, se encuentran los «grandes aliados» de la dictadura nicaragüense: Cuba, Venezuela, China y Haití. Los visitantes originarios de dichas naciones necesitan una «visa consultada» para ingresar a Nicaragua.
La fuente indicó que «las categorías tienen controles y pagos diferentes». «Se puede cambiar la categoría de B a A si eres residente en un país de categoría A, o si tienes visa canadiense, gringa o Schengen (europea), y así se evita la visa fronteriza. Pero jamás se puede cambiar de C a otra categoría», agregó.
Pérez entró como un venezolano con residencia en Estados Unidos, y, por este motivo, le dieron categoría A, cuando debió ser clasificado en la categoría C. De esa manera, evitó controles de seguridad más estrictos. Según la fuente, «el youtuber necesitaba una visa consultada que solo la dan fuera del país los consulados nicas previamente autorizados. Así, pagó solo 10 dólares, grabó al inspector y estuvo como una semana en Nicaragua».
«Migración Central hace el googleo de los vuelos entrando y el aeropuerto el de los vuelos de salida. La falla estuvo en la Central, en el quinto piso, que es donde llega todo lo revisado», afirmó. El informante aclaró que el error se debe a la «falta de personal» y a los pocos trabajadores que hay «los tienen en cursos de correr, armar y desarmar akas».