La embajada de Nicaragua en Panamá suspendió sus servicios consulares después de que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo permitiera que el expresidente Ricardo Martinelli se refugiara en el edificio. Según las denuncias de los compatriotas residentes en el país canalero, al solicitar algún trámite en el consulado, les informaron que estaría «cerrado hasta nuevo aviso».
Los nicaragüenses reportaron que, aunque la sede diplomática se encuentra «sin funcionar», los familiares, amigos, abogados del exmandatario panameño, condenado a 128 meses de prisión por blanqueo de capitales, «pueden entrar y salir todos los días».
La connacional Claudia López expuso al medio de comunicación TVN2, de Panamá, que «necesita gestionar un permiso de trabajo porque, aunque tiene su cédula, sin este no puede laborar, ya que su pasaporte está vencido». Sin embargo, el consulado nicaragüense no le brindó ningún tipo de atención.
Noticia relacionada: Asilo político: La alternativa «preferida» de Martinelli y otros prófugos de la justicia
«El consulado no está atendiendo, tienen un letrero afuera que dice ‘hasta nuevo aviso’. Llamas a los números de teléfono y ya los desconectaron. No hay respuestas, no te dicen vamos a atender tal día», declaró la trabajadora.
Tanto López como el resto de nicaragüenses que utilizan los servicios del consulado se sienten «desamparados», ya que no hay ningún funcionario de la sede diplomática que les brinde respuestas.
«Para poder trabajar en Panamá, necesito tener mi permiso y para eso, el Mitradel (Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral) me pide que tenga el pasaporte actualizado. Lastimosamente, mi pasaporte está vencido y no lo puedo renovar porque no están atendiendo en la embajada», manifestó López, quien hace quince años se mudó a Panamá.
La compatriota pidió, en nombre de la comunidad nicaragüense residente en territorio panameño, que el consulado haga una «excepción para que las gestiones de sus documentos puedan avanzar». «O por lo menos que lo hagan las autoridades, si el consulado no sale a dar la cara», expresó.
Arena exige al consulado que dé respuestas
En su perfil oficial de Instagram, Rafael Rodríguez, presidente de la Asociación de Residentes y Naturalizados (Arena), recalcó que la organización «ha recibido una gran cantidad de nicaragüenses indicando que han visitado su consulado para retirar su pasaporte en renovación o algún documento que dé la facilidad para seguir con los trámites migratorios».
«Pero ellos se han llevado la ‘gran sorpresa’ que, a raíz del asilo que se le está brindando al expresidente Ricardo Martinelli, las atenciones al público están suspendidas y la llegada a esta área es de extrema seguridad», agregó.
Rodríguez señaló que los nicaragüenses «están muy preocupados, ya que muchos desean aprovechar la oportunidad que está brindando Migración de solicitar su residencia, dando un plazo de espera hasta este 29 de febrero del año en curso, según la resolución 246 del 3 de enero del 2024».
Aunque Arena desconoce la versión oficial de la embajada, las razones detrás de imponer medidas extremas y por qué se suspendieron estos trámites, la organización «solicita a las autoridades nicaragüenses y de migración que se habiliten otras oficinas cerca al consulado para que se les dé la oportunidad a los ciudadanos nicaragüenses de retirar sus documentos o iniciar sus trámites migratorios».
Martinelli, el asilado de la dictadura orteguista
El régimen de los Ortega-Murillo ha autorizado el acondicionamiento de la embajada nicaragüense en Panamá para albergar a su nuevo asilado político, Martinelli Berrocal.
Martinelli fue investigado, procesado y condenado por la justicia de su país, en julio de 2023, a más de diez años de prisión y el pago de una multa de aproximadamente 19 millones de dólares por el delito de «lavado de dinero».
Después de autodeclararse «perseguido político» y afirmar que su vida corre peligro en su país, el exjefe de estado se metió a la embajada de Nicaragua y de inmediato solicitó asilo político. Ortega, que es conocido por acoger a varios expresidentes perseguidos por la justicia de sus respectivos países por corrupción, de inmediato aprobó el asilo.
Sin embargo, a través de un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá informó la negativa de brindar un salvoconducto para el expresidente. Actualmente, sigue refugiado en la embajada, hasta donde ha llevado muebles, máquinas de ejercicio, alimentos y a su mascota.