Desde el inicio de 2024, tres mujeres han sido víctimas de femicidio en territorio nicaragüense. Rosa Amelia Ruiz, de 25 años, perdió la vida después de recibir una serie de disparos ejecutados por su pareja. El suceso ocurrió en el barrio Villa Julián Roque, del municipio de San Isidro, Matagalpa.
Según los medios oficialistas, en la noche del cuatro de febrero, Ruiz estaba en su hogar en compañía de su esposo, José Martín Coronado, con quien tenía tres hijos. Sin embargo, el hombre comenzó a discutir y posteriormente, atacó a Ruiz.
A las 10 de la noche aproximadamente, Coronado disparó en múltiples ocasiones en contra de Ruiz. De acuerdo con el reporte policial, la joven logró correr unos metros antes de perder la vida.
Aparentemente, después de cometer el asesinato, el nicaragüense entró en un «estado de shock» y, entre gritos, culpó «al diablo» por el crimen que él cometió. Poco después, los agentes policiales detuvieron al presunto asesino, quien actualmente está a la espera de su juicio. Este hecho deja en orfandad a tres menores.
El crimen por violencia de género de Rosa Amelia Ruiz es el tercero del año, sin embargo, especialistas en los derechos de la mujer temen a que en este 2024 haya un «aumento en la tendencia de los femicidios del país».
La falta de acción de la dictadura orteguista
A tan solo una semana de haber comenzado el 2024, la nicaragüense Maryluz Arceda Guido se convirtió en la primera víctima de femicidio de este nuevo año, tras ser asesinada a manos de su expareja.
Según los medios locales, el crimen ocurrió en la hacienda cafetalera Buena Esperanza, ubicada en el municipio de San Ramón, Matagalpa. De acuerdo con las declaraciones, la víctima, de 39 años, se dirigía hacia El Tuma-La Dalia para hacer unas «diligencias» junto a Sebastián Sevilla, su actual pareja. No obstante, su recorrido fue interrumpido cuando el exnovio de Arceda Guido los interceptó y empezó a atacarlos con un machete.
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Como resultado de recibir numerosos cortes con el arma blanca, Arceda Guido perdió la vida. «Se presume que el autor del crimen, después de asesinarla, la arrojó a un barranco, en medio de árboles y maleza; dándose a la fuga», detalló el oficialista Canal 8.
Por otro lado, el segundo femicidio ocurrió el 27 de enero, día en el cual José Francisco Salgado acabó con la vida de su tía de 80 años, María de Lourdes Tórrez Salgado. De acuerdo con la información policial, el nicaragüense llegó al hogar de su familiar para «usar el baño». Dentro de la casa, Salgado comenzó a discutir con su tía.
En medio del altercado, el nicaragüense asfixió a su tía hasta acabar con su vida. Salgado, una vez consumado su crimen, robó algunas de las pertenencias de su familiar. El ahora acusado por asesinato ya tenía un historial criminal y cumplía una condena de cinco años y seis meses por robo agravado con intimidación, sin embargo, fue liberado bajo el polémico programa de «convivencia familiar» del régimen orteguista.
Para la feminista Ana Quirós, el gobierno «no ha hecho nada» para prevenir, tratar o sancionar los femicidios en Nicaragua. La defensora de los derechos de la mujer destacó que «hasta el momento, la tendencia ha sido de un aumento anual en el número de femicidios, así como en la impunidad en relación al castigo de los femicidas, aún cuando muchas veces saben quién es y conocen dónde se encuentra el criminal».
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Quirós agregó que la dictadura orteguista se mantiene ocupada con la persecución a opositores, y no se enfoca en capturar a estos delincuentes. «Sabemos que en las liberaciones de presos comunes que (el régimen) ha hecho, han incluido a violadores, asesinos y maltratadores de mujeres. Por lo tanto, la señal que está dando el gobierno hacia los femicidas es que está bien asesinar mujeres».
«Si se mantiene la misma política, lo más seguro es que en 2024 veamos desafortunadamente un aumento en el número de femicidios o femicidios frustrados, como lo hemos venido viendo en todos los últimos años», advirtió la activista.