En otra medida represiva contra la Iglesia católica, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo impidió que el sacerdote Juan Ramón Montalván Rodríguez ingresara a Nicaragua.
Según la información difundida por la abogada e investigadora en temas religiosos Martha Patricia Molina, a través de su cuenta personal de la red social X, el clérigo era el encargado de la parroquia San Andrés Apóstol, de Camoapa, departamento de Boaco; que también es perteneciente a la diócesis de Granada.
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De igual manera, Molina señaló que la razón por la cual Montalván se encontraba fuera del país era porque estaba de viaje en España, debido a una «breve misión pastoral».
Durante un enfrentamiento entre civiles y los paramilitares orteguistas, ocurrido en 2019, en Tecolostote, San Lorenzo, Boaco; el prelado denunció la situación represiva que sufrían los pobladores de ese lugar.
La vocación de Montalván
De acuerdo a una entrevista que Montalván Rodríguez brindó al Centro Académico Romano Fundación (Fundación CARF), el sacerdote proviene de una familia granadina «muy precaria». «A pesar de que mi padre y mi madre son profesores de educación primaria, tienen un sueldo muy injusto debido a la situación económica del país», declaró.
A los 7 años, Montalván le pidió al sacerdote de su localidad que le permitiera «ayudarle en la misa como monaguillo». «Su respuesta fue que primero tenía que recibir el sacramento de la Primera Comunión, por lo cual inicié la catequesis». Agregó que, una vez cumplió con este requisito, ingresó «con mucho ánimo al grupo de monaguillos». «Éramos 25 niños, entre 7 a 13 años. Presté este servicio durante 8 años», declaró el presbítero.
Luego de descubrir su vocación, el religioso empezó a prepararse para ser un sacerdote a sus 15 años. «Entré a un seminario, en el cual estuve formándome durante 10 años. Luego tuve una experiencia pastoral en mi diócesis (de Granada) durante un año y luego se dio la oportunidad de poder seguir formándome mejor», expresó Montalván.
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Ortega no detiene asedio a la Iglesia
Este tipo de agresiones del régimen orteguista hacia la Iglesia católica y sus miembros es algo que ha sucedido desde el inicio de la crisis sociopolítica que arrastra el país. Según el informe de «Nicaragua: Una Iglesia Perseguida», elaborado y escrito por Molina, más de 10 organizaciones sin fines de lucro, de orden religioso, han sido víctimas de la cancelación de su personalidad jurídica por el Estado orteguista. En su mayoría, estas cancelaciones fueron justificadas bajo el argumento de «no tener en orden la documentación necesaria para funcionar».
De igual manera, un informe publicado por el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos indica que la dictadura nicaragüense ha expulsado e impedido el ingreso de 170 religiosos y 76 monjas de la Iglesia católica a Nicaragua.
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De acuerdo al organismo, en diciembre del 2023, ocurrió una «redada sin precedentes» contra los sacerdotes de la Iglesia católica. En un periodo de tres semanas, el régimen detuvo arbitrariamente a, al menos, un obispo, dos seminaristas y 15 sacerdotes, quienes, sumados a monseñor Rolando Álvarez, fueron desterrados a Roma el pasado 14 de enero.