El régimen nicaragüense expresó su deseo por un posible Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Nicaragua con la Unión Económica Euroasiática (UEE), cuyos miembros son, mayormente, dictadores al estilo Daniel Ortega.
En una nota de prensa publicada por medios oficialistas, Laureano Ortega, el designado como asesor presidencial para la promoción de inversiones, comercio y cooperación internacional, firmó, en nombre de Nicaragua, un memorando de cooperación y un plan de actividades conjuntas 2024-2027 con la UEE.
Laureano Ortega, considerado el sucesor de la dinastía familiar, dirigiéndose al ministro para la integración y macroeconomía de la Unión Económica Euroasiática, Sergei Glazyev, dijo que «la certificación de estos dos documentos servirá para establecer las bases y avanzar en este intercambio». «Trabajar con la UEE es de suma importancia, debido a que nos permite acceder a un mercado de más de 180 millones de habitantes, además de posibilitar intercambios y fortalecer los lazos de cooperación, declaró.
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Además, «el chigüín» señaló que ese «tratado nos permitirá intercambiar más información vital para superar las barreras», como también «permitirá acercarnos más para poder fortalecer la cooperación y, sobre todo, trabajar los vínculos en todos los campos económicos y comerciales».
Ortega mencionó que «Nicaragua ve al futuro lo que podría ser un TLC con la Unión Económica Euroasiática», es decir, con cinco países de la extinta Unión Soviética, principal régimen comunista en la historia moderna. Los países que conforman la UEE son: Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Armenia.
«Los dictadores son amigos de otros dictadores»
Desde 2012, Vladimir Putin ha sido el presidente impuesto por la fuerza en la Federación Rusa. El dictador ha eliminado toda oposición interna dentro del país, por lo que desde que asumió su mandato ha tenido vía libre para realizar las acciones que él desee así sean inconstitucionales y fomenten las violaciones a los derechos humanos.
Sin embargo, fue el 24 de febrero de 2022 que el régimen de Vladimir Putin inició un ataque que reforzó el papel de su gobierno en el mundo. Ya que inició una invasión en terreno ucraniano para anexar tierras como Crimea a la Federación Rusa. Desde años atrás, el régimen de Daniel Ortega ha sostenido fuertes relaciones con dicha dictadura.
Un fiel aliado de Putin siempre ha sido Bielorrusia, quien, en múltiples ocasiones, ha manifestado su «total apoyo a Rusia» durante la invasión a Ucrania. Su presidente, Alexandr Lukashenko, lleva desde 1994 en el poder de forma ininterrumpida y se autodenomina como «una víctima de las restricciones internacionales» debido a las sanciones impuestas por la Unión Europea y Estados Unidos, el mismo discurso de Daniel Ortega.
Los tribunales de Bielorrusia han condenado desde 12 hasta 18 años de prisión a opositores de la dictadura, incluso a ciudadanos que están exiliados como Svetlana Tijanóvskaya, una de las principales opositoras a su régimen.
Por otro lado, está Kazajistán, país que ha sido gobernado por Nursultan Nazarbayev desde 1990, es decir, un año antes de la disolución de la Unión Soviética. En 2019, Nazarbayev abandonó, por decisión propia, el cargo de presidente: sin embargo, su influencia todavía es notoria en el país.
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En enero de 2022, los ciudadanos kazajo salieron a las calles para manifestar su descontento con las élites económicas, políticas y en contra de la corrupción, lo que, posteriormente, derivó en una serie de represiones por fuerzas del Estado del presidente Kasim-Yomart Tokáev, quien fue elegido por Nazarbayev como su sucesor.
Dichas protestas dejaron un saldo de más de 160 muertos, mil heridos y más de 10 mil personas detenidas por denunciar la corrupción. A su vez, el régimen kazajo recibió ayuda de Rusia para reprimir a sus manifestantes, ya que «los dictadores se ayudan entre sí».
«Los países dentro de la sombra de Rusia»
Kirguistán en los últimos años ha sufrido de una gran inestabilidad política. Por ejemplo, un líder opositor del país se volvió primer ministro después de «ser sacado» de la cárcel durante unos procesos electivos de 2020. Sadyr Japarov, después de servir como primer ministro, fue elegido presidente en 2021. En esos años, Kirguistán tuvo conflictos territoriales con Tayikistán.
Por último, Armenia ha tenido una historia plagada de conflictos armados y protestas, como la conocida «revolución de terciopelo» de 2018. En su historia como país independiente, ha tenido múltiples conflictos con Azerbaiyán, los cuales necesitan a Rusia como mediador para ser resueltos, como en los tiempos de la Unión Soviética.