Nicaragua, junto a los socios políticos de los Ortega-Murillo como China, Rusia, Irán, Cuba o Corea del Norte, están clasificados como «de especial preocupación por haber cometido o tolerado violaciones particularmente graves de la libertad religiosa»
La nación centroamericana fue incluida de nuevo en la lista negra de países donde se cometen violaciones «particularmente graves» a la libertad religiosa, esto debido a la oleada emprendida contra la Iglesia católica desde abril de 2018.
El Departamento de Estado de Estados Unidos actualizó la lista de «Designaciones» por ataques a la libertad religiosa, según informó esta semana esa institución diplomática y mantuvo a Nicaragua en el foco de países que atacan el libre ejercicio de la fe.
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Además de Nicaragua, también están «Birmania, la República Popular China, Cuba, la RPDC (Coreo del Norte), Eritrea, Irán, Pakistán, Rusia, Arabia Saudita, Tayikistán y Turkmenistán». Todos estos países están clasificados como «de especial preocupación por haber cometido o tolerado violaciones particularmente graves de la libertad religiosa», señala la nota de prensa oficial del Departamento de Estado, firmada por el secretario de estado Antony Blinken. .
Igualmente, fueron designados bajo la categoría de «vigilancia especial por participar o tolerar graves violaciones de la libertad religiosa» Argelia, Azerbaiyán, la República Centroafricana, Comoras y Vietnam.
El Gobierno estadounidense recordó que también se producen «violaciones importantes de la libertad religiosa» en países que no fueron incluidos en la lista de designados.
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Estados Unidos, con las designaciones, hace un llamado a los gobiernos a poner fin a los abusos como los ataques contra miembros de comunidades religiosas minoritarias y sus lugares de culto, la violencia comunitaria y los prolongados encarcelamientos por expresión pacífica, la represión transnacional y los llamados a la violencia contra las comunidades religiosas.
El caso de Nicaragua ha sido calificado como uno de los más graves en cuanto a persecución religiosa. Actualmente, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo mantiene encarcelados a 18 miembros del clero católico nicaragüense, de ellos, dos son obispos, 13 son párrocos y tres seminaristas.
Además, en medio de la guerra declarada que mantienen los dictadores en contra de la institución cristiana, han expulsado, desterrado o prohibido la entrada al país a por lo menos 84 religiosos. Congelan cuentas bancarias de varias diócesis, confiscaron propiedades y censuraron medios de comunicación católicos.
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«Los desafíos a la libertad religiosa en todo el mundo son estructurales, sistémicos y profundamente arraigados. Pero con el compromiso reflexivo y sostenido de aquellos que no están dispuestos a aceptar el odio, la intolerancia y la persecución como status quo, algún día veremos un mundo donde todas las personas vivan con dignidad e igualdad», destaca el Gobierno de EE.UU.