Desde el primero de enero hasta mediados de diciembre de 2023, se contabilizan 275 agresiones contra la Iglesia católica de Nicaragua, es decir, 135 acciones represivas más que el año pasado, en el que se reportaron 140 ataques.
La abogada e investigadora de temas religiosos y autora del informe Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?, Martha Patricia Molina, dijo que ya son 740 ataques contra la Iglesia desde 2018, año en que se inició una rebelión cívica y en donde los religiosos dieron acogida en sus parroquias a los manifestantes que huían de las balas disparadas por agentes estatales.
En su cuenta de X (anteriormente conocida como Twitter), Molina comentó que «desde el año 2018 hasta el 2023 la Iglesia católica ha soportado 740 ataques en su contra». Agregó que «un 37% de esos ataques ocurrieron este año», por lo que «se puede calificar a 2023 como el de más ataques en contra de los religiosos en el quinquenio reciente».
La abogada dijo a Artículo 66 que «actualmente, son 176 miembros religiosos que no pueden ejercer su ministerio en Nicaragua», y explicó que «es debido a que fueron expulsados, se les prohibió el ingreso o fueron desterrados por la dictadura». La lista consta de 83 monjas, 80 sacerdotes, nueve seminaristas, tres diáconos y el obispo Silvio Báez. A su vez, Molina añadió que más de 3,639 procesiones fueron prohibidas en todo el país.
El 18 de octubre de 2023 fueron desterrados a Roma los sacerdotes Manuel Salvador García Rodríguez, José Leonardo Urbina Rodríguez, Jaime Iván Montesinos Sauceda, Fernando Israel Zamora Silva, Osman José Amador Guillén y Julio Ricardo Norori Jiménez.
Así como a los clérigos: Cristóbal Reynaldo Gadea Velásquez, Álvaro José Toledo Amador, José Iván Centeno Tercero, Pastor Eugenio Rodríguez Benavidez, Yessner Cipriano Pineda Meneses y Ramón Angulo Reyes. Todos sufrieron de un encarcelamiento arbitrario y pasaron meses en centros de reclusión del régimen orteguista. A su vez, monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, es el único religioso que permanece tras los barrotes del Sistema Penitenciario Jorge Navarro.
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La investigadora destacó que el pasado dos de noviembre, Día de los Difuntos en Nicaragua, la dictadura prohibió 237 misas en los cementerios tanto públicos como privados en toda Nicaragua. La abogada consideró que «como Iglesia, todos sufren las agresiones que se han cometido contra los sacerdotes y laicos». Agregó que «los que son beneficiados por los proyectos y obras sociales de la Iglesia son perjudicados y, al sufrir los templos religiosos, terminan en la desprotección total, en especial, los niños, ancianos y personas enfermas».
Molina confía «que en 2024 el régimen orteguista deje de perseguir y atacar a la Iglesia católica». La abogada hizo un llamado a Daniel Ortega y a su «consorte», Rosario Murillo, para que «cesen esta persecución y odio contra los sacerdotes y obispos porque ellos no son delincuentes». A su vez, mencionó que «recuerden que nada es eterno en la vida, que todos tenemos un principio y, por lo tanto, un fin».
Por último, dijo que «a ellos se les acerca pronto ese fin, tendrán que dar cuentas de sus buenas y malas acciones cometidas en la Tierra». Sin embargo, comentó que «mientras la dictadura orteguista siga presente en Nicaragua, la persecución contra las iglesias continuará».
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En 2018, distintos miembros religiosos apoyaron la causa de los estudiantes que protestaron en las calles. Incluso permitieron que los protestantes tomasen refugio en los templos religiosos ante los ataques que realizaron los agentes represivos para evitar que la gente alzase su voz. Desde esa fecha, 342 organismos sin fines de lucro afines a la Iglesia perdieron su personalidad jurídica, según el escrito «Ataques a la Libertad Religiosa con énfasis en la Comunidad Católica de Nicaragua».
Martha Patricia Molina ha realizado una serie de estudios compilados en «Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?», en donde analiza y expone la represión que sufren los religiosos de la Iglesia católica en Nicaragua. La última edición abarca desde abril del 2018 hasta agosto del corriente año,